viernes, 8 de febrero de 2019

EX MACHINA

Caleb (Domhnall Gleeson) es un programador de computadoras que ha sido seleccionado para pasar una semana en la casa propiedad de Nathan (Oscar Isaac), el CEO de la compañía para la que trabaja, situada en un paraje idílico y apartado, de las montañas.
Trasladado en helicóptero, es recibido por un sistema automatizado que le entrega una tarjeta de acceso que le permite entrar en la propiedad, por la que deambula confundido, hasta encontrar a Nathan haciendo ejercicio.
La relación entre ambos es más tensa que fluída, aunque Nathan insiste en que le trate como a un amigo y le indica que la tarjeta solo le permitirá franquear algunas de las puertas del recinto.
Más adelante le presenta su último "experimento", un ser de aspecto humanoide e inteligencia artificial, llamado Ava (Alicia Vikander), que tiene cara, manos y pies que asemejan la piel humana, pero el resto de su cuerpo es el de un androide. Quiere que Caleb pase allí la próxima semana, pues tiene pensado realizar a Ava un Test de Turing (una prueba sobre la habilidad de una máquina para exhibir un comportamiento inteligente similar al de un ser humano) y desea que Caleb sea quien interactúe con el prototipo y emita su juicio sobre la capacidad del mismo.
En la casa hay cortes de energía que se repiten y durante uno de ellos, Ava, inesperadamente, advierte a Caleb que no se fíe de Nathan. Pronto nos enteramos de que los apagones, cuyo origen Nathan está investigando, están siendo producidos por Ava.


Hay quien ha visto en el guión una adaptación muy libre de la obra de Shakespeare "La tempestad".
Muy bien interpretada por los actores principales, que saben captar la esencia de sus personajes y dotarlos de una personalidad, gestos y movimientos, que casan perfectamente con lo se nos quiere transmitir. Gracias a la acertada y original ambientación, vamos pasando de una sensación de calidez y confort a sentirnos en un espacio cada vez más agobiante y perturbador.


Me ha parecido un film muy original que retrata un futuro que, como alguien ha comentado, está no más de diez minutos por delante de nosotros. Quiero decir que si leyéramos mañana la noticia de que alguien ha creado un robot que puede pasar por humano en todos los sentidos, nos sentiríamos sorprendidos, pero no tanto, desde luego lo aceptaríamos con una naturalidad que nada tendría que ver con lo que pensara cualquiera que viviera hace medio siglo.
Resulta un tanto problemático, al menos para mí, hacer demasiados comentarios sobre la película sin destripar parte de su argumento y ese es uno de los puntos fuertes de la misma, un guión muy sólido del propio realizador del film, Alex Garland. Se nota que, aunque debutante en la dirección, su trayectoria como escritor y guionista de relatos de ciencia ficción le han dado una cierta maestría.
No puedo resistirme a llamar la atención sobre una apreciación mía a quien la vea: Quizá el que está interactuando en el Test de Touring es el propio espectador, que pronto empatiza con Ava y sus ansias de conocer el mundo real, al tiempo que sentimos cierta animadversión por Nathan. Y hasta aquí puedo contar.
Me ha parecido muy original y una demostración de que no hacen falta grandes efectos cuando la historia es buena.
Con alguna escena que nos trae lejanos recuerdos de Blade Runner, la película contiene una clara reflexión sobre la problemática que se le plantea al ser humano con la inteligencia artificial y hasta dónde nos puede llevar.
El film logra atrapar al espectador con su historia, con un desarrollo bien planificado y que nos va sorprendiendo a medida que avanza. Me parece recomendable, incluso para quienes no se sienten atraídos por el género, porque la película va más allá de la pura ciencia ficción y resulta muy entretenida.




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