viernes, 15 de febrero de 2019

DRIVE

Driver (Ryan Gosling) a secas, ya que en la película nunca se menciona su nombre, es un tipo jovens, que vive de varios empleos: por el día, trabaja en un taller de coches y gracias a su increíble habilidad al volante, es especialista en películas de Hollywood; por la noche, en cambio, de manera esporádica, es el chófer de bandas de atracadores de todo tipo, sólo el chófer, ya que siempre deja bien claro a sus contratantes que pasa de jaleos de mayor envergadura.
Shannon (Brian Cranston), su jefe, que conoce bien su talento al volante, le busca directores de cine y televisión o criminales que necesiten al mejor conductor para sus fugas, llevándose la correspondiente comisión. Shannon desconoce de dónde viene o quién es su empleado, solamente que un día se presentó en el taller pidiendo trabajo y demostró tener grandes cualidades. Ahora está empeñado en buscarle un patrocinador para poder construírle un coche de garantías que le permita participar en carreras y ganarlas, algo de lo que su jefe está convencido que es perfectamente capaz.
La peculiar y solitaria vida de Driver sufrirá grandes cambios cuando conozca a Irene (Carey Mulligan), una joven y guapa vecina de su bloque de apartamentos que vive con su hijo de cuatro años. Y a esta pequeña familia, a la que Driver tomará cierto afecto enseguida, se les unirá Standard (Oscar Isaac), el marido de Irene, que acaba de salir de la cárcel. Será éste el que le pida al amigo de su mujer, que le ayude en un trabajo que acabará de forma desastrosa y sangrienta y que hará que Driver arda en deseos de venganza.


El guión se basa en una novela del escritor, músico y crítico literario norteamericano James Sallis.
Su producción en el género de la novela negra es amplia y merece destacar la serie protagonizada por el detective Lew Griffin. Sallis es uno de los eternos favoritos a los más prestigiosos premios internacionales de novela negra.


Buena parte del film se desarrolla con un ritmo relativamente pausado en el que predominan los silencios sobre los diálogos, con buena cantidad de secuencias que muestran diversos aspectos de la ciudad de Los Ángeles, casi siempre en tomas nocturnas y en ocasiones, desde el aire, muy bien concebidas y de gran belleza plástica.
Los secundarios, algunos de ellos muy conocidos por sus trabajos en series de éxito en televisión, tienen su momento y vienen a ser personajes imprescindibles para conocer el por qué de los acontecimientos en que se ve envuelto el protagonista.


Una gran película, con un argumento que se hace interesante y que nos va desvelando una serie de vericuetos en los que se ve enredado Driver, un tipo que, como tantos otros héroes del cine negro, bajo su apariencia de frialdad, guarda un corazón que le hace buscar lo que no ha tenido en la vida, un entorno de cariño y eso será precisamente lo que precipite su vida hacia un azaroso futuro lleno de peligros, sacrificándose por aquellos de los que se siente obligado protector.
Buena actuación de Ryan Gosling que sabe dar muy bien el tipo requerido.
La acción está presente también en el film, como no podía ser menos y junto a escenas espectaculares de persecuciones en automóvil, hay otras que nos traen recuerdos de los clásicos modernos del género y más de un guiño a Taxi Driver, no en vano, el realizador, Nicolas Winding Refn, siempre ha expresado su admiración por Scorsese.




2 comentarios:

  1. Si dices que buena parte de la película tiene un ritmo pausado, no debe ser la típica película de carreras y persecuciones.

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