martes, 10 de abril de 2018

SHARPE Y LA FORTALEZA INDIA

Con una amorosa viuda francesa esperándolo en Seringapatam, y llevando una fortuna en joyas que expolió del cadáver del sultán de Tippoo, el recientemente ascendido alférez Sharpe, lucha por ser admitido como uno más entre los oficiales, algo que le resultará muy complicado, pues le miran con recelo, como a los pocos que han ascendido desde la tropa, a quienes consideran unos intrusos, pero sobre todo, unos seres inferiores.
Liderado por el desertor inglés William Dodd, el ejército Mahratta se retira a la inexpugnable fortaleza de Gawilghur, donde Dodd intenta derrotar a Wellesley y cometer una traición final que le hará gobernante de todo el sur de la India.
Asignado al servicio del capitán Torrance para ayudar con el tren de suministros, Sharpe descubre un gran alijo de suministros militares malversados. El capitán se da cuenta de que Sharpe sospecha que él y su sargento, Obadiah Hakeswill, el antiguo enemigo de Sharpe, robaron los suministros y le tiende una trampa que hará caer a Sharpe en manos de Hakeswill, quien le roba sus joyas y le entrega al hermano y socio del comerciante hindú que les compraba los suministros robados, quien desea tomar venganza en Sharpe de la muerte de su hermano, aunque tratándose del peculiar soldado inglés, no todo está perdido.
En el libro, junto a la peripecia de Sharpe que, una vez más, no sabemos cómo va a lograr salir de la trampa que le tienden sus enemigos para acabar con él, asistimos al asedio y toma de la fortaleza de Gawilghur, un lugar inexpugnable que, en palabras del historiador militar Jac Weller, «tres compañías de boy scouts razonablemente efectivas, armadas con piedras, podrían haber contenido a un número de soldados profesionales varias veces superior». Sin embargo, sir Arthur Wellesley, logró tomarla con inesperada rapidez, se supone que los defensores estaban absolutamente desmoralizados, de otro modo no se explica las relativamente escasas bajas británicas, apenas 150 hombres en un asedio que pudo haber acabado en derrota para las tropas europeas de haber mediado un poco más de entusiasmo por parte de los sitiados.
Sin embargo esto no debe ocultar el horror de lo que debió ser el asalto a aquel bastión, que Cornwell recrea con todo el colorido y el dramático realismo de la sangre, el hedor de los muertos, el humo de las descargas artilleras y el entrechocar de sables y bayonetas en unas líneas que nos hacen revivir las épicas escenas en las que el capitán Campbell, al frente de su Compañía Ligera escocesa, logró penetrar en la fortaleza tras acceder por un lugar imposible, un auténtico despeñadero que apenas podía ser transitado, para, una vez dentro, abrir las puertas de acceso a la fortaleza interior. Aquí, el novelista se toma su licencia, cambiando un poco la historia y pone a Sharpe al frente del temerario asalto.
Con este libro, se cierra el periplo de nuestro protagonista por tierras de la India, para regresar a Europa al igual que su jefe, el futuro Duque de Wellington.



4 comentarios:

  1. Muy bonita historia dentro del estilo de las de Rudyard Kipling.
    Por lo que sé las tribus marathas, que después de la caída del imperio mogol impusieron su influencia sobre extensas zonas del territorio indio, fueron derrotadas de manera concluyente en 1761.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Una novela entretenida, con pasajes humorísticos y la historia real como fondo.

      Eliminar
  2. Bernard Cornwell es un novelista que maneja como nadie la ficción histórica, y es todo un modelo recreando el pasado. Y aunque es muy extensa y variada su producción, suele mantener el nivel en todas ellas.

    ResponderEliminar