jueves, 14 de diciembre de 2017

LA PARTE DE LOS ÁNGELES

Robbie (Paul Brannigan) es un joven padre de familia de Glasgow que no logra escapar de su pasado delictivo, por culpa del cual entra en una especie de espiral que le impide encontrar trabajo como consecuencia de sus antecedentes. Su camino se cruza con el de Rhino (William Ruane), Albert (Gary Maitland) y la joven Mo (Jasmin Riggins) cuando, como ellos, evita por poco la cárcel pero recibe una pena de trabajos sociales. Harry (John Henshaw), el educador que les han asignado, se convierte entonces en su nuevo mentor y les inicia en secreto ¡en el arte del whisky!, en un intento de buscar una salida a las desesperadas vidas de sus pupilos.
Entre destilerías y sesiones de degustación, Robbie descubre que tiene un auténtico talento como catador, y rápidamente es capaz de identificar las cosechas más excepcionales, las más caras. Junto a sus tres compañeros, ¿se contentará Robbie con transformar este don en una estafa, una etapa más en su vida de delitos y violencia? ¿O en un futuro nuevo y lleno de promesas? Solo los ángeles lo saben…En todo caso, puede que para ellos sea la última oportunidad de encontrar un futuro con cierta estabilidad.


El título hace referencia a una expresión que describe la porción del volumen de un whisky que se pierde por evaporación durante el proceso de envejecimiento.


Últimamente a Ken Loach y, por extensión al guionista que habitualmente trabaja con él, Paul Laverty, les llueven críticas desde ciertos sectores acusándoles de acomodaticios y de haber perdido mordiente en su crítica social. Son opiniones, parece que cuando uno tiene cierta etiqueta, desde ideologías de otro signo se está a la que salta para dar el hachazo.
Que una película tenga tono de comedia, no quiere decir que no ponga en solfa ciertas cosas de las que habla, es más, muchas veces, las críticas más mordaces vienen de obras humorísticas.
En esta película, Loach opta por esa línea distendida, pero no renuncia, ni mucho menos, a seguir en su línea de crítica social, reflexionando sobre el tratamiento que se da a los jóvenes marginados y lanzando una puya final majestuosa a cuenta de la crisis económica y sus consecuencias para los más desfavorecidos, cuando el protagonista pide como recompensa, no dinero, sino un puesto de trabajo.
Película que discurre de forma dinámica, con actores poco conocidos que lo hacen bastante bien, dando un tono de cercanía al espectador y que trata de buscar cierta equidistancia entre lo que estos individuos de difícil encaje social suponen para sus semejantes (roban, son violentos, tiene dificultades de integración...) y cómo la propia sociedad trata de buscar remedio a esta situación, en ocasiones quitándoselos de encima como puede, pero en otras, con educadores y trabajadores sociales muy entregados a su impagable labor.




4 comentarios:

  1. He enconrado una novela de Benjamin Black titulada PECADO y que al parecer has ido premiada como "Premio RBA de Novela policiaca 2017".
    Voy a ver qué tal es.

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  2. Pues seguro que como se trata de "catar", a los que les gusta empinar el codo, también les gusta la película. La pena de estos actores poco conocidos, es que por muy bien que lo hagan si no tiene suerte, al menos en el cine ya no se les suele ver más, o muy poco.

    Salud Trecce.

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    1. Seguro que más de uno se apunta a redimir sus pecados por medio del whisky.

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