lunes, 11 de diciembre de 2017

NO ES PAÍS PARA VIEJOS

El cazador y veterano de Vietnam Llewelyn Moss (Josh Brolin), un hombre atormentado por los recuerdos que se ha traído de la guerra, descubre por casualidad la escena todavía caliente de una carnicería entre narcos en algún lugar de la frontera entre Texas y México en 1980. Moss descubre también, entre los cuerpos agujereados y los paquetes de heroína, algo más de dos millones de dólares depositados en un maletín. La droga quedará allí, pero Moss se ve incapaz de hacer lo mismo con el dinero que podría cambiar su vida y la de su esposa, Carla Jean (Kelly Macdonald), a la que ama y adora, pero con el dinero, se llevará también todos los problemas del mundo, porque su acción activa a esa implacable máquina de matar que es Anton Chigurh (Javier Bardem) -un mercenario a sueldo de los capos del cartel- para quien recuperar el dinero de sus jefes es apenas la excusa para apretar el gatillo, una y otra vez, de su extraña pistola cruzada con martillo neumático y poner en práctica su "mantra": nunca dejar testigos. Entre uno y otro, clásicos personajes típicos de estos relatos de frontera: esposas fieles y curtidas y un viejo sheriff -Ed Tom Bell (Tommy Lee Jones)- veterano de la Segunda Guerra Mundial, recordando los viejos buenos tiempos y escondiendo un secreto que le duele pero lo mantiene vivo.


El guión, de los propios realizadores del film, los hermanos Ethan y Joel Coen, se basa en la novela del mismo título del escritor norteamericano Cormac McCarthy.
Aunque hay cosas de la novela que no aparecen en la película, prácticamente todos los diálogos están tomados de la misma, si bien de forma condensada.


Muy esperada película, en su  momento, del tandem Coen, tras la aclamada Fargo y después de que las siguientes no alcanzaran tanto beneplácito entre sus seguidores.
Lo cierto es que deja un sabor agridulce, por un lado, la violencia que retrata muy bien, como si fuera un elemento más del crudo paisaje, solo apto para hombres y mujeres con la piel curtida, por otro, algunas cosas que no acaban de encajar bien para el espectador medio, aunque quizá los más avezados (o quienes se dan de serlo) y, posiblemente, quienes hayan leído la novela de Cormac McCarthy, logren entenderlas y es que hay cosas de la novela que aquí no se captan bien, por ejemplo, el personaje de Tommy Lee Jones, que no es que lo haga mal, todo lo contrario, pero es que a veces no sabemos cómo encajar en el argumento sus disertaciones, sus frases cargadas de un humor negro que hace poca gracia o sus sueños recurrentes que no quedan explicados y se cierran con el abrupto final que acaba por descolocarnos del todo.
Además de eso, pequeños detalles que parece que los guionistas y realizadores, se sacan de la manga para que avance la historia y personajes a cuya presencia no encontramos demasiada justificación.


Perfecta realización en el apartado técnico, con planos muy buenos y un gran trabajo de montaje, para esta película en el mejor estilo del cine de violencia con cierta calidad que algunos califican como nuevo western y un sensacional trabajo de Javier Bardem que le valió los parabienes unánimes de la crítica y un bien merecido Oscar como mejor actor de reparto.




4 comentarios:

  1. Es el tipo de pelis que ahora me gustan. Aunque no sean muy buenas.

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  2. Película confusa y desestructurada. Para mí, fallida del todo.

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    1. Como digo en la entrada me dejó un sabor agridulce, por un lado me gustan este tipo de films, pero por otro, esperaba algo más.

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