miércoles, 24 de febrero de 2016

LOREAK

El matrimonio de Ane (Nagore Aranburu) y Ander (Egoitz Lasa), no pasa por sus mejores momentos, ella, que trabaja en una empresa de construcción acaba de entrar en la menopausia, aunque aún es joven, un caso prematuro. El caso es que el diálogo entre ambos apenas existe, ella se reconcentra en si misma y él, enchufa la tele en cuanto llega a casa.
Ane recibe un precioso ramo de flores y cuando le da las gracias a Ander por el detalle, él le contesta que no sabe nada de aquello. El caso es que, de forma regular, cada semana llega un nuevo ramo de flores, como en la canción, viene sin tarjeta. Ander está mosqueado y ambos investigan en las floristerías quién puede ser el autor de los envíos, sin lograr aclarar demasiado del asunto. Como Ane ve que aquello está afectando negativamente a Ander, que no se muestra demasiado comprensivo, a partir de ese momento decide ocultarle las flores a su marido y se las lleva a escondidas a la obra donde trabaja.
Un accidente de tráfico que sufre un compañero de trabajo y que le acaba costando la vida, le irá dando a Ane las claves de quién le enviaba las flores, al tiempo que conoce a dos mujeres que estaban vinculadas al fallecido: su esposa y su madre.


Film enteramente hablado en vascuence (ahora llamado euskera), dirigido por José María Goenaga y Jon Garaño, autores también de un guión en el que participa Aitor Arregui, que se basa en una idea del propio José Mª Goenaga.
La película tiene dos temas principales, por así decirlo, la soledad (o más bien la incomunicación) y el olvido (o el recuerdo, según se mire).
Alrededor de un mundo de mujeres se va reflexionando sobre estos dos asuntos, casi más a través de imágenes que de diálogos, aunque estos no están ausentes en la cinta. Imágenes que, en ocasiones nos recuerdan otras películas, otros realizadores, recuerdo, así a bote pronto, el voyeurismo tan hitchcokdiano de Beñat (Josean Bengoetxea), mirando con sus prismáticos desde su puesto en la grúa de la obra.
A mí me daba la impresión de estar viendo, en algunos tramos del film, un corto pasado de metraje, por esa calidad que tienen las historias breves que algunas veces se nos muestran en los cortometrajes y que aquí han sido alargadas en el tiempo a través de añadir imágenes que no aportan nada a la trama en sí, aunque sí suponen un magnífico ejercicio de estilo visual y compositivo.


Loreak es una película dramáticamente tierna, que crea algo de desasosiego por ese poso de misterio, casi de cine negro que envuelve la historia.
Con una fotografía que, aunque aprovecha la esplendidez del paisaje guipuzcoano, huyendo de las imágenes de postal, tampoco es que éste predomine, pues hay muchas tomas de interiores y de paisajes urbanos y del mundo que podríamos llamar actual, disociado de la naturaleza.
La banda sonora, notable también, es del experimentado Pascal Gaigne, que lleva unas cuantas músicas de películas a sus espaldas.
La película no busca efectismo, ni hurga en la herida del sentimentalismo fácil, cuenta historias sencillas que parecen totalmente creíbles en buena parte gracias al magnífico trabajo de las tres actrices principales, con interpretaciones en las que los realizadores han trabajado de firme la contención, y con algunos planos realmente bellos y llamativos.
Aunque hay algunas cosas que no están a la altura (quizá lo relativo al cadáver de Beñat), en general estamos ante un film bien trabajado, no exento de cierto preciosismo, muy agradable de ver y del que creo que, en general, se disfruta y queda uno más que satisfecho.




2 comentarios:

  1. Me alegro de que hables de esta peli porque recibo información por todas partes sobre, y parece como que estamos ante un "flim" de la categoría de Ciudadano Kane, a tenor de la propaganda.

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