lunes, 29 de diciembre de 2014

MR. TURNER

Joseph Mallord William Turner (Timothy Spall), es un reconocido pintor en su Inglaterra natal. Miembro desde muy joven de la Royal Academy of Art, tras recorrer Europa conociendo países y culturas y buscando completar su formación, vive en compañía de su padre y de Hannah Danby (Dorothy Atkinson), criada, cocinera y ama de llaves a un tiempo, una especie de chica para todo.
Turner tiene dos hijas, Evelina (Sandy Foster) y Georgiana (Amy Dawson), fruto de una relación que mantuvo con Sarah Danby (Ruth Sheen). Vive totalmente al margen de todas ellas, hasta el punto de que Sarah va a verle de vez en cuando para que no se retrase en el pago del alquiler de la casa donde viven sus hijas, a las que trata con absoluto desapego.
A medida que se va haciendo mayor, Turner se va volviendo más excéntrico, situación que se acentúa con la muerte de su padre, con el que estaba especialmente unido. Sus humildes orígenes eran evidentes en la sociedad de su época con una arraigada conciencia de clase, su fuerte acento cockney nunca le abandonó, de hecho, era tan cerrado y su discurso tan vacilante que no siempre se hacía entender bien cuando daba alguna conferencia.
En sus últimos años, Turner vivirá otro amor clandestino con la dueña de una casa donde alquila una habitación de cuando en cuando y habrá de soportar alguna que otra crítica porque sus últimas obras no son del todo entendidas, incluso la propia reina Victoria (Sinead Matthews), afirma al ver uno de sus cuadros que el pintor está perdiendo la vista.


La película narra los últimos 30 o 35 años de la vida del pintor inglés William Turner, que retrató como nadie el poder de la naturaleza y supo captar el clima y el ambiente en sus lienzos. Turner ha sido definido por alguien como el pintor de la atmósfera y creo que es un juicio acertado.
Su vida privada estuvo marcada por la fama y la controversia.
Aunque su imagen más conocida es el apuesto autorretrato que pintó en 1799, cuando tenía alrededor de 25, la caracterización de la película como un hombre viejo, feo, gruñón, malhumorado y caótico tiene más precisión con las versiones que han llegado hasta nosotros. John Constable, el otro estandarte de la pintura inglesa de la época, fue relativamente generoso con él tras su primer encuentro, escribiendo que: "Es grosero, pero tiene una maravillosa variedad en la mente." Otro artista, Edward Dayes fue más duro: "Tiene que ser amado por sus obras; pero como persona no es llamativo, ni su conversación brillante".


Los primeros dos minutos vienen a marcar el tono de lo que va a ser la película. Un espectacular paisaje holandés (realmente se trata de Herringfleet Mill, Suffolk) filmado por el director de fotografía Dick Pope, prácticamente con el sentido visual del propio pintor. Tras ello, Turner avanza por las calles de Londres, casi tambaleándose, para entrar en su casa, saludar con gruñidos y tomar de un pecho, sin ceremonia previa, a su ama de llaves.


Mike Leigh, en sus ateriores films, siempre ha buceado en sus personajes femeninos. Es cierto que en este film, todo queda oscurecido por el esplendor de lo pictórico y la sensacional actuación de Timothy Spall, pero no dejen de echar un vistazo a los personajes femeninos, incluso los que parecen menos significativos, como Sarah Danby, están muy trabajados y tienen mucho que decir. Por supuesto, el principal de ellos (de ellas en este caso), es el que interpreta Dorothy Atkinson, que a mí me ha dejado gratamente impresionado, una gran actuación a la altura de la del protagonista. Esa especie de culto del realizador por los personajes femeninos, queda patente a mi juicio, por la larga escena que dedica a la entrevista que mantienen Turner con Mary Somerville (Lesley Manville), una científica que pese a la discriminación que sufrió por ser mujer, pudo dedicar su carrera al estudio de las matemáticas y la astronomía.


Leigh nos acerca al personaje a base de relatarnos las pequeñas anécdotas de su vida, en un film cuya principal virtud es la estupenda calidad visual, pero también el intachable trabajo de investigación, el vestuario, los decorados y las interpretaciones, es un film hecho con exquisitez que, sin embargo, puede hacerse aburrido, entre otras razones porque esto mismo lo podría haber hecho sin que tuviéramos que permanecer dos horas y media frente a la pantalla.
Una de las cosas que a mí personalmente me ha resultado más gratificante es la reconstrucción de las circunstancias que dieron lugar a algunos de los más famosos cuadros del pintor británico: El temerario remolcado a dique seco, Lluvia, vapor y velocidad...




2 comentarios:

  1. De acuerdo contigo: el único pero es su larga duración; el resto es una maravilla para los sentidos.
    Saludos.

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    1. Me alegra que coincidas, porque es una de esas películas tan bonitas que le da a uno pena ponerla algún pero.

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