lunes, 1 de diciembre de 2014

CONQUISTA 1453

Era (Dilek Serbest) es una joven musulmana que vio morir a sus padres cuando los cruzados atacaron la aldea donde vivía; ella fue vendida como esclava y su comprador, un tal Orbón (Erdoğan Aydemir), la acoge como a una hija, como tal la educa y ella le considera su padre.
Cuando el sultán Mehmed II (Devrim Evin), se apresta a sitiar Constantinopla con la intención de conquistarla, las autoridades bizantinas coaccionan a Orbón, que se dedica a la construcción de máquinas, para que fabrique un cañón que ayude en la defensa de la ciudad. Orbón se niega y cuando él y su hija van a ser detenidos, Ulubatlı Hasan (İbrahim Çelikkol), lugarteniente de Mehmed, que se encuentra en la ciudad, les rescata y les lleva con él a territorio otomano, donde se pondrán bajo el amparo del sultán para el que construirán un gran cañón capaz de perforar los, hasta entonces, inexpugnables muros de la capital bizantina.
Como quiera que no puede haber una mujer entre las tropas, Era se disfraza de hombre para poder ayudar a su padre en la construcción del ingenio militar, al tiempo que florece el amor entre ella y Ulabatli Hasan.
Comienza el largo asedio, aunque parece que la ciudad logrará resistir, de hecho sus habitantes celebran el triunfo, pero el empeño, la constancia y el arrojo de las tropas turcas, acaba imponiéndose.


La película se hizo con un gran despliegue de medios, los muchos que se pueden obtener con los 13 millones de euros que costó, la mayor superproducción del cine turco, que obtuvo gran éxito en aquel país, donde recaudó 5,6 millones de euros a los cuatro días de su estreno.
160 minutos de película para mayor gloria de los otomanos.


La conquista de Constantinopla por los turcos, profetizada por Mahoma, como se ve en la introducción del film, tuvo lugar en 1453, una fecha emblemática en la Historia, que a algunos les sirve de referencia para poner punto final a la Edad Media y que supuso el fin del Imperio Romano de Oriente.
La primera hora y media del film se dedica a los prolegómenos de ese acontecimiento, alternando secuencias de la corte de Mehmed, con otras de la de Bizancio y algunas del Vaticano. La hora final revive el enfrentamiento a las puertas de Constantinopla, con las diversas batallas que tuvieron el final que todos conocemos.
El guión se inventa una historia de amor entre un capitán turco y la protagonista para dar soporte a la narración.


El film tiene mucho de fuegos de artificio para un resultado final no demasiado brillante. Muchos efectos digitales para la reproducción de las formaciones de los ejércitos y unos enfrentamientos armados dignamente representados, con un duelo entre los dos pretendientes de Era que tampoco aporta nada especial a la historia aunque sí al espectáculo.
El final es penoso, con una escena en la que Ulubatlı Hasan, queda como un San Sebastián, atravesado por un montón de flechas hasta que consigue hacer ondear en lo alto de la muralla el pendón de las fuerzas asaltantes y que a mí me ha recordado al remedo que hizo Peter Seller de la muerte de Gunga Din, sólo que en este caso no causa risa, sino que resulta lamentable, ¡caray!, no acaba de morir hasta que consigue su objetivo y no hacen más que clavarle flechas.
Para rematar, se ve a los cristianos ortodoxos, refugiados en la Hagia Sophia, tan felices de que los turcos les hayan conquistado, porque el sultán les promete que podrán conservar sus cultos y ellos sonríen, mientras Mehmed sostiene en brazos a un chiquitín; vamos, un mundo feliz.
Mucha épica trasnochada para un film que parece propaganda nacionalista.




4 comentarios:

  1. Gracias por la advertencia y así poder esquivarla. :)

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    1. Hombre, tampoco está de más verla, por si alguno no se ha enterado aún de qué van estos.

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  2. Pero en medios desde luego no escatimaron.

    Saludos Trecce.

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