lunes, 24 de mayo de 2021

LÍO EN BROADWAY

 


Arnold Albertson (Owen Wilson) tiene una vida perfecta: está felizmente casado, tiene dos hijos y un magnífico trabajo como director teatral en Broadway. Pero todo cambia cuando contrata los servicios de Isabella Patterson "Izzy" (Imogen Poots), una joven y prometedora actriz que alterna su discreta carrera artística con servicios nocturnos de compañía. El flechazo es tan profundo que Arnold decide ayudarla económicamente para que se centre en el mundo de la interpretación. El plan se torna en pesadilla cuando Izzy consigue un papel en la obra que dirige Arnold, en la que también participa su mujer, y que se convierte en un trío imposible.


Además de lo contado anteriormente, resulta ser que el dramaturgo Joshua Fleet (Will Forte) también se enamora de Izzy, a pesar de que ya está saliendo con la terapeuta Jane Claremont (Jennifer Aniston), cuya madre, Vivian (Joanna Lumley), una psicoterapeuta alcohólica , está en rehabilitación en la Toscana durante seis meses, habiendo dejando todos sus pacientes a su hija. De otro lado, el actor Seth Gilbert (Rhys Ifans), partenaire en la obra teatral de Delta Simmons (Kathryn Hahn), la esposa de Arnold, ha estado enamorado de ella durante años. 
Como puede fácilmente deducirse, el enredo está servido y de eso va la película básicamente, de que estas relaciones entrelazadas, producen inevitablemente malentendidos de los que el guión trata de sacar partido, porque aún hay más coincidencias y líos de personajes cuyas vidas se entrecruzan (un juez que contrató los servicios de Izzy y está obsesionado con ella al punto de contratar a un detective para que la siga. Este juez es paciente de la misma terapeuta a la que visita Izzy y el detective es el padre del dramaturgo, etc. et., etc.)


El film significaba el regreso de Peter Bogdanovich a la gran pantalla tras trece años sin estrenar un largometraje y, ya desde su estreno, la película fue calificada como obra menor y de argumento anticuado y rancio. Puede que todo esto sea cierto, pero esta película algo tontorrona, como se puede inferir del argumento, consigue ser una comedia alocada, una pieza de entretenimiento por encima de la media de lo que nos ofrece el cine en la actualidad. Sencilla, sí, pero se nota en ella la mano de un gran director que está convencido de que las mejores películas ya han sido hechas y por eso busca constantemente referencias en ellas. De hecho, el film contiene homenajes variados a algunos de los clásicos que son citados a lo largo de la película y ese cameo de Quentin Tarantino en la escena final, es toda una muestra de respeto, hacia un realizador que, si algo demuestra, es su inmenso amor por el cine.
Una película cuya única y clara pretensión es entretener y hacer reír. Otra cosa es que, según la exigencia de cada espectador lo consiga o no, pero ese es su fin primordial.




6 comentarios:

  1. Más que una película de Bogdanovich, parece una comedia de Woody Allen.

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    1. Bogdanovich sabe desenvolverse bien en las situaciones que plantea.

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  2. Me pareció decepcionante, un quiero y no puedo.

    Saludos.

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    1. Quizá falla un poco el desarrollo, pero a pesar de lo que pueden ser considerados errores, se nota que hay un director que sabe llevar a los actores.

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  3. Esta no la he visto. Anotada queda para verla algún día de estos, jaja.
    Saludos!

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    1. Para un día que no estés muy exigente y solo te apetezca pasar el rato sin tener que pensar demasiado.

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