SPRING BREAKERS

En un campus universitario abandonado, mientras sus compañeros de clase se dirigen a Florida para divertirse al sol, durante las vacaciones de primavera, pocos alumno permanecen allí, entre ellos, tres amigas, Candy (Vanessa Hudgens), Brit (Ashley Benson) y Cotty (Rachel Korine), que cuando juntan el dinero que tienen entre todas, se dan cuenta de que no les dará ni para la mitad de las vacaciones de primavera que tenían programadas, así que deciden robar un automóvil, atracan un restaurante sirviéndose de pistolas de plástico, y, una vez que han obtenido dinero, se dirigen al sur con su amiga la religiosa y devota Faith (Selena Gomez) a cuestas.

Al principio todo parece rodar a pedir de boca, pero cuando las chicas son encarceladas después de una redada policial en un apartamento frente a la playa, parece que la fiesta ha terminado. Hasta que el traficante de drogas Alien (James Franco), inexplicablemente, paga su fianza. Presintiendo el peligro, Faith sube a un autobús con destino a la escuela, mientras sus tres amigas caen en una peligrosa espiral de drogas y libertinaje. Más tarde, un enfrentamiento aterrador con un rival de Alien, lleva a otra de las chicas a regresar al campus, dejando que las dos restantes adopten su nuevo estilo de vida peligroso e imprudente.

Estamos ante una película peculiar con más forma que fondo, a pesar de lo que quiera aparentar.

Hace un esfuerzo por diferenciar su propuesta de otras películas sobre adolescentes o post-adolescentes, cual es el caso.

Sexo, drogas y fiesta continua, algo que es real en ciertos momentos entre la juventud universitaria, una serie de excesos representados con mucha luz y huyendo de la psicodelia a la que recurren otros films. Aquí casi todo es luminoso, salvo algunas escenas, muchas otras se desarrollan en la playa o con bonitas postales de sol en el ocaso.

Pero tras esta fachada de tratar de hacer algo distinto, descubrimos los trucos a que recurre el realizador y guionista Harmony Korine. Las chicas siempre en bikini, da igual que sean las 12 del mediodía o las tres de la madrugada. Un par de actrices que tengan gancho (Vanessa Hudgens, y Selena Gomez), a las que se pretende cambiar de imagen: de niñas buenas a personas con más madurez, sin caer en las excentricidades de Miley Cyrus y una apariencia de modernidad experimental. Pero no se dejen engañar, no siempre el montaje justifica todo lo que se hace.

Una película que hay que ver para estar un poco en la onda de las nuevas tendencias, pero sin darle más importancia de la que tiene. Al final te puedes quedar, como yo, con la boca abierta, pero no porque hayas visto algo extraordinario, sino porque no sabes muy bien qué es lo que has visto.