martes, 30 de mayo de 2017

LA LLAVE DE SARAH

Si nos fiamos de las películas, de muchas novelas y casi del sentir general de la gente, todos los franceses estuvieron vinculados a la resistencia de una u otra forma, durante la II Guerra Mundial. Francia era un país ocupado por las tropa de Hitler y la población clamaba por la liberación del territorio patrio. Eso es, más o menos, lo que se desprende de la historia oficial.
Sin embargo, buena parte del territorio francés estaba gobernado por franceses y eran sus autoridades, bajo la supervisión o no de militares alemanes, quienes seguían al frente del día a día de los asuntos del territorio y de sus ciudadanos.
Entre los días 16 y 17 de julio de 1942, 13.152 judíos fueron arrestados en París y sus suburbios, deportados a Auschwitz y asesinados. Por orden de los ocupantes nazis, la Jefatura de Policía de Vichy encerró y hacinó en condiciones infrahumanas a 1.129 hombres, 2.1916 mujeres y 4.115 niños en el Velodrome d'Hiver, conocido popularmente por el Vel' d'Hiv, un edificio que hoy no existe, donde se realizaban competiciones de ciclismo. Una infamia sobre la que se extendió un velo tupido al final de la guerra y sobre la que nadie hablaba.
El gobierno francés estuvo meses planeándolo, desde abril del 42, redactando las listas de todos los judíos que serían arrestados, seis mil policías parisinos se encargaron de la tarea. La fecha elegida fue el 14 de julio, pero como era la fiesta nacional, la aplazaron unos días, una prueba bien palpable de que eran muy conscientes de que estaban haciendo algo malo que no podía coincidir, bajo ningún concepto con la Fête.
A las familias las tuvieron encerradas en el Vel'd'Hiv un par de días. Al final dejaron entrar a un grupo de médicos y enfermeras. Todas sus descripciones coinciden en el caos y desesperación que reinaban allí. Luego se llevaron a las familias a la estación de Austerlitz y de ahí a los campos de los alrededores de París. Esos campos eran la antesala francesa de Auschwitz, eran los campos de Drancy, Pithiviers y Beaune-la-Rolande. Después los enviaron directos a Polonia.
Esa es la historia que nos traslada la escritora francesa Tatiana de Rosnay y lo hace contado la terrible aventura de Sara Starrzynski, una niña nacida en Francia, pero con el estigma de ser judía, ella y su familia son detenidos la noche de 16 de julio y su hermano pequeño se refugia en un armario disimulado en las paredes de la casa, con una botella de agua y su osito de peluche, Sarah cierra la puerta del armario con llave, para que quede totalmente disimulado y le dice a su hermano que volverá a buscarle, nada malo puede pasarles, son gendarmes franceses y no soldados alemanes quienes se los llevan y seguramente los soltarán enseguida.
La escritora norteamericana, casada con un francés, Julia Jarmond, protagonista de la novela, se topa con esta historia por casualidad, cuando está cubriendo la conmemoración del 60 aniversario de los acontecimiento del Vélodrome d'Hiver. Antes de esto, ella jamás había oído hablar del Vel'd'Hiv y descubre que muchos franceses tampoco y que no se estudia en los libros de texto. Así que se empeña en seguir el rastro de Sarah, para conocer si sobrevivió y logró escapar del horror o formó parte de los once mil niños (entre ellos bebés y críos que comenzaban a caminar) que portaban la estrella amarilla y fueron deportados de Francia durante la guerra. La búsqueda encontrará la incomprensión de muchas personas que no desean remover el pasado que les provoca mala conciencia, será larga y fascinante y le conducirá a sorprendentes descubrimientos.



6 comentarios:

  1. Estupenda historia que.tal como dices, bien se ocupan los frnaceses en ocultarla porque ya sabemos que en la resistencia hubo muy poquitos y que la mayoría estaba formada por extranjeros.
    Convendría a los franceses darse un paseo por relatos como éste.

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  2. Una historia muy dura. No he leído el libro pero vi la película, muy recomendable.

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  3. Leida la novela y vista la película. Lo mejor de ambas es la terrible historia real del velodromo de invierno, sin duda una vergüenza nacional para nuestros vecinos. Con respecto a la novela (en la película pasa algo parecido), se parte en dos la trama cuando se descubre el secreto de la llave, lo que viene después no me convenció y parece un relleno.
    Saludos.

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    1. Estoy totalmente de acuerdo con tu comentario. No he visto la peli, pero desde luego, en el libro, en cuanto acaba la historia de Sarah y se unen ambos relatos, el bajón narrativo es evidente.

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