Marcado por la influencia de la literatura francesa (Hugo, Lamartine, Musset, Baudelaire, Leconte de Lisle, Gautier, Goncourt, Flaubert...), Azul supone un antes y un después en la obra del autor nicaragüense y en sus páginas están todas las características del modernismo literario.
Su fuente principal es el preciosismo galo, inspirado en motivos de la mitología clásica, pero apreciamos huellas del romanticismo francés y, por supuesto, de los clásicos españoles.
El color azul, junto al cisne, era uno de los dos principales símbolos del movimiento modernista, de ahí el título del libro, representando la libertad de pensamiento, considerado en la época totalmente diferente a lo vivido con anterioridad.
El libro está formado por una recopilación de cuentos y poemas que el autor escribió durante su estancia en Chile. Todos los textos habían sido publicados anteriormente en la prensa diaria y el libro como tal, se publicó por vez primera el 30 de julio de 1888. Está concebido como una especie de fuga del contexto social de la época y una superación del romanticismo que quedaba relegado al pasado.
Al principio pasó desapercibido, salvo las reseñas de la prensa chilena. Sin embargo, en octubre de ese año, Don Juan Valera, cuya opinión era muy respetada en el ámbito de las letras en español (tanto en la propia España, como en Hispanoamérica), publicó dos cartas en El Imparcial, de Madrid, elogiando a Rubén Darío, pues a pesar de que consideraba más un defecto que una virtud la influencia francesa en sus escritos, apuntaba que había sabido destilar una personalidad propia. Estas son las palabras de Valera:
Usted no imita a ninguno: ni es usted romántico, ni naturalista, ni neurótico, ni decadente, ni simbólico, ni parnasiano. Usted lo ha revuelto todo, lo ha puesto a cocer en el alambique de su cerebro, y ha sacado de ello una rara quintaesencia.
Azul es una obra fundamental para el desarrollo de la corriente modernista en el ámbito de las letras hispanas, con él, Rubén Dario, aportó una nueva sensibilidad y una diferente concepción del arte, al tiempo que demostraba una extraordinaria capacidad para apropiarse y transformar en sustancia propia las influencias más variadas y supuso un fortísimo estímulo para los escritores de la segunda generación del modernismo hispanoamericano.
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