JERSEY BOYS

Vincent Piazza (Tommy DeVito), un chico nacido en Newark (Nueva Jersey), en cuyas calles ha crecido, haciendo algún trabajito para el ganster local Gyp DeCarlo (Christopher Walken), tiene un amigo que trabaja como aprendiz de peluquero, Frankie Valli (John Lloyd Young), al que introduce en el mundo de la música, a través del grupo que tiene montado y que actúa en clubes locales.

Vincent, al igual que alguno de los otros miembros del grupo, de vez en cuando tienen problemas con la policía y son de sobra conocidos en la penitenciaría. En una de esas ocasiones, en las que uno de los integrantes del grupo musical está cumpliendo condena, Vincent convence a Frankie para que definitivamente se dedique a la música y forme parte del conjunto que en aquellos momentos se llama The four lovers, al que se incorpora algo más tarde, un prometedor compositor y teclista llamado Bob Gaudio (Erich Bergen).

Juntos, ya con el nombre definitivo, The Four Seasons, emprenden la aventura profesional, para lo cual comienzan a llevar "demos" a los editores, aunque ninguno se interesa, hasta que Frankie y Bob encuentran con un viejo amigo de Frankie, el extravagante Bob Crewe (Mike Doyle), que los lleva a una fiesta y más tarde les firma de un contrato. Después de un año, sin embargo, Bob se da cuenta de que el grupo sólo hace coros para otros músicos. Crewe les dice que aún tienen que hacerse un nombre y buscar un éxito musical para despegar.

Bob escribe entonces una nueva pieza músical, "Sherry", que cantan para Crewe por teléfono. Crewe, queda encantado por la voz de Frankie y graba la canción. Pronto, las radios no puede dejar de emitir "Sherry", y The Four Seasons pas a convertirse en grupo revelación. Sus siguientes dos singles, "Big Girls Do not Cry" y "Walk Like a Man" alcanzan el Nª 1. Los chicos empiezan a disfrutar de lujosos estilos de vida.

El film traslada a la pantalla el musical del mismo título, estrenado primero en La Jolla Playhouse, California, el 5 de octubre de 2004 y que posteriormente se traslado a Broadway, el 6 de noviembre de 2005, para llenar cada noche el August Wilson Theatre, donde se convirtió en todo un fenómeno de masas.

La música del film lleva la firma del Bob Gaudio.

Clint Eastwood prefirió elegir para los papeles de su película a los actores que interpretaron la obra teatral antes que decantarse por estrellas de Hollywood y, en parte gracias a la buena dirección, junto a la solvencia demostrada por los intérpretes, acierta a conseguir unos personajes creíbles y una historia que va más allá de una sucesión de números musicales, para sumergirnos en la vida del grupo y sus integrantes fuera de las luces del escenario, sus problemas familiares, las deudas de Vincent Piazza, las relaciones con la mafia, etc.

Será, pienso yo, un film menor dentro de la filmografía de Eastwood, pero está hecho con la maestría que viene demostrando desde hace tiempo, haciéndonos disfrutar de su habilidad en el manejo de la cámara, con composiciones técnicamente irreprochables.

La historia de un grupo que marcó una época hasta la irrupción de Los Beatles que hará disfrutar a los nostálgicos de la música de los 50 y a quienes sepan apreciar la solvencia de Eastwood detrás de la cámara y con una banda sonora que transmite optimismo y buena música.