PRIM, EL ASESINATO DE LA CALLE DEL TURCO

A mediados del siglo XIX, España vive sumida en una grave crisis económica y política. Diferentes partidos conspiran para derrocar a la reina Isabel II de Borbón.

Este proceso culmina con el triunfo de la Revolución de 1868, llamada La Gloriosa.

Isabel II se exilia en Francia.

Por primera vez en la historia de España, se celebran unas elecciones por sufragio universal masculino.

El resultado son unas Cortes Constituyentes con mayoría de diputados monárquicos.

También obtienen una importante representación los republicanos.

El General Prim (Francesc Orella) toma las riendas del poder al convertirse en Presidente del Gobierno.

Comienza la difícil búsqueda de un Rey para España.

Prim habrá de enfrentarse a la falta de disposición de alguno de los candidatos para hacerse cargo de la corona que se le ofrece y, por otro lado, a las luchas entre las diversas facciones que pretenden implantar su idea de modelo de estado.

Por un lado, los republicanos, que consideran al General un traidor a los principios del 68 que le llevaron al poder. Los monárquicos, por su parte, presionan para que el candidato elegido sea el que cada grupo apoya.

Cada vez es más palpable la especie de que se prepara un atentado para acabar con la vida de Prim, unos y otros, comenzando por el Regente, el General Serrano (Simón Andreu), consideran que él es el problema.

Basada en la novela del mismo título de Nacho Faerna, que también participa en el guión y aprovechando el 200 aniversario del nacimiento de Juan Prim y Prats, Televisión Española se embarca en este atractivo proyecto, cuya dirección encargó a Miguel Bardem.

Bien ambientada, con pocos exteriores y unos decorados bien trabajados, pero tampoco demasiado espléndidos, el telefilme sabe sacar rendimiento a unos medios que no parecen demasiado abundantes apoyándose en algunas escenas de ambientación digital para los planos generales aéreos de Madrid.

Los intérpretes cumplen, sin destacar tampoco demasiado, quizá, para mi gusto personal, con la excepción de Javier Godino, que da vida al personaje de Pérez Galdós y que me ha parecido la mejor de las actuaciones.

El guión opta por mantener abiertas las razones y la autoría del magnicidio que, por otra parte, continúa siendo un misterio para la Historia oficial. Así lo que hace es plantear algunas de las teorías que existen y compartir con el espectador los razonamientos para que éste sea partícipe de inclinarse por una u otra hipótesis.

Se puede estar más o menos de acuerdo con el enfoque que se da a los hechos narrados y a la figura del Héroe de Castillejos, que eso daría para mucha tinta, pero de lo que no cabe duda es de que con trabajos como este, la televisión pública se reivindica para hacernos olvidar otros bochornos a los que nos somete de cuando en cuando.

Muchas veces se ha dicho (y lo comparto) que la Historia de España tiene suficientes episodios para construír, alrededor de ellos, mil y una historias que tratadas de manera inteligente, pueden suponer un atractivo sin igual. Parece que, aunque sea esporádicamente, alguien tiene la buena cabeza de ponerse a ello y escribir y adaptar, estos relatos que mezclan ficción y realidad y que nos hacen pensar que este es el camino.

Sin ser nada del otro mundo, al menos estamos ante un digno intento de ofrecer al espectador un producto de cierto interés, hecho con dignidad y que nos acerca un trocito de nuestra Historia menos conocida, que tampoco está de más.