sábado, 17 de enero de 2015

EL CAPITÁN VENENO

La tarde del 26 de marzo de 1848 hubo tiros y cuchilladas en Madrid entre un puñado de paisanos que, al expirar, lanzaban el hasta entonces extranjero grito de ¡Viva la República!, y el Ejército de la Monarquía española, de que a la sazón era jefe visible, en nombre de Doña Isabel II, el Presidente del Consejo de Ministros y Ministro de la Guerra, D. Ramón María Narváez.
A la cabeza de los soldados, y aun de los oficiales y jefes, se distinguía por su enérgica y denodada actitud y por las ardorosas frases con que los arengaba a todos, un hombre como de cuarenta años, de porte fino y elegante, y delicada y bella, aunque dura, fisonomía; delgado y fuerte como un manojo de nervios; más bien alto que bajo, y vestido medio de paisano, medio de militar.
Este hombre es D. Jorge de Córdoba, a quien conocen en todo Madrid como el Capitán Veneno, por su ruda manera de decir siempre lo que piensa.
Cuando el capitán recibe una descarga y queda en el suelo desangrándose, un grupo de mujeres, habitantes de una casa situada en la calle Preciados, en la que ha tenido lugar la refriega, le socorre. Se trata de doña Teresa Carrillo de Albornoz y Azpeitia, viuda del general carlista D. Luis Gonzaga de Barbastro, su hija Angustias y una gallega de Mondoñedo, llamada Rosa, que sirve en la casa de estas.
Dª Teresa, una recia guipuzcoana, está en Madrid pleiteando para que se le reconozcan los títulos de Duque de Santurce y de general del ejército a su difunto marido y poder reivindicar para sí el uno y la pensión correspondiente del otro. Para ello se acoge al convenio de Vergara que firmaron Maroto y Espartero.
El capitán es un personaje cascarrabias y misógino, pero entrañable, el choque de caracteres con la dulce y bella Angustias, no se hace esperar.
Asistimos a un relato divertido, ameno y entretenido, bien es verdad que la novela va decayendo, siendo bastante más entretenida la primera mitad, quizá por lo previsible de su desenlace y porque el autor no consigue explotar la originalidad de la situación y los giros humorísticos que han mantenido nuestra atención hasta entonces.
De cualquier manera, estamos hablando de una obra corta, una amable historia de amor, en la que la cabezonería del protagonista, acaba domesticada y vencida por la donosura de su rival femenina.



2 comentarios:

  1. Sí parece interesante, aunque no hace mucho he concluido los Episodios Nacionales de Galdós, y le pone tal saña a lo que escribe sobre los carlista, que casi acabo abrazando la Causa. Esta novela podría ser el remate.

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    1. Aunque empieza todo muy bélico y marcial, la novelita es una historia de amor entre dos caracteres contrapuestos, escrita con un toque de humor que se va disolviendo a medida que avanzan las páginas.

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