jueves, 6 de noviembre de 2014

LA ENTRETENIDA

Comedia no estrenada en su época, forma parte de ese grupo de obras teatrales que Cervantes jamás vio representadas en una España en que las obras de Lope arrasaban en la escena y en la que se ha querido ver, precisamente, una parodia del teatro lopesco, Heterodoxa en sus formas y en el fondo social que se ve en ella, reivindicando la dura y dolorosa realidad social, frente a la falseada idealización propuesta por la llamada comedia nueva.
Tal interpretación resulta, desde luego, extremadamente sugestiva y se apoya quizás en el interesante desenlace que frustra todas las bodas posibles entre los personajes y, de este modo, da una réplica al convencional final feliz basado en la unión de los personajes desparejados mediante el matrimonio. A esta circunstancia puede añadirse además el trabado engaño urdido por un criado de la casa -muy alejado de la proverbial e idealizada fidelidad de los sirvientes de la comedia- y por dos pícaros, maestros en el arte de fingir, tipos que Cervantes trató con maestría a lo largo de su obra. El descaro y la falta de escrúpulos que se muestran en la mentira ofrecen una imagen de la sociedad mucho más dura y más cruel que la estampa refinada e idílica de las comedias al uso.



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