lunes, 17 de noviembre de 2014

LINCOLN

Aunque los esfuerzos de la nación y los del propio presidente, se vuelcan en conseguir el final de la guerra civil, derrotando a los ejércitos de la Confederación, sin embargo, una fijación casi obsesiva no se desprende de la cabeza de Abraham Lincoln (Daniel Day-Lewis): conseguir que la Cámara de Representantes, apruebe la XIII enmienda a la Constitución Norteamericana, que proclama el fin de la esclavitud.
La gente que rodea al presidente, sabe que faltarán votos aún contando con que todos los congresistas del partido Republicano voten a favor. Acudiendo a métodos no siempre transparentes, un equipo de hombres de confianza, trabajará en secreto para atraerse a algunos miembros del partido Demócrata que se consideran proclives a la idea por diversas razones, no necesariamente por convicción personal.
Será una carrera contra reloj, pues el ejército sudista está cerca de ser derrotado y los rebeldes buscan negociar la paz, algo que podría jugar en contra de las intenciones presidenciales, así que los esfuerzos para ocultar la llegada de una comisión confederada y para forzar una votación en el Congreso se redoblan por parte de los interesados en que aquello salga adelante.


Aunque en principio Steven Spielberg, pensó en llevar a la pantalla una biografía del más famoso presidente de los EE.UU., el asunto fue dando vueltas (tardó 10 años en plasmar su idea) y al final, se decidió centrar el film alrededor de la aprobación de la decimotercera enmienda, la que proclama la abolición de la esclavitud.
El film nos va contando algunos aspectos de la vida privada de Lincoln, sobre todo su relación con su esposa y el menor de sus hijos, pero es, sobre todo, un relato sobre las negociaciones políticas (unas más transparentes que otras) para sacar adelante la propuesta presidencial.
La película se construye alrededor de la palabra, se reviven los discursos en el congreso, las reacciones a favor y en contra y las ideas que va exponiendo Lincoln a lo largo de todo el proceso.


Al final la película no deja de ser una especie de panfleto, que seguramente habrá encantado a los norteamericanos. Spielberg cuida al máximo los detalles, pero el conjunto es una invención a base de mezclar lo que dice, lo que calla y lo que altera, siendo la principal de esas alteraciones el que de a entender que la XIII enmienda fue producto del convencimiento de un hombre por erradicar la esclavitud, cuando cualquier aficionado a la historia sabe que las principales razones fueron muy otras, primando las económicas y estratégicas sobre las morales.
El desarrollo se hace largo, incluso pesado por momentos, aún cuando resulta de cierto interés, sobre todo disfrutar de las interpretaciones en las que cualquiera de los protagonistas consigue trabajos de gran nivel, en un film técnicamente irreprochable, pues una vez más, el realizador y productor ha contado con los mejores en cada apartado (nada menos que un Pulitzer en el guión), que nos acerca a un Lincoln entrañable que no para de contar anécdotas o de desvivirse en ternuras hacia su hijo pequeño.




6 comentarios:

  1. Buen papel de Day-Lewis, estupenda fotografía... La película algo irregular.

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  2. Para mí que tiene momentos de subidón como se dice ahora, y otras muchas escenas monótonas y sin trapío tirando mano del argot taurino.

    Saludos Trecce.

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    1. Sin duda en yankeelandia la habrán apreciado de otro modo, pero para estos lares resulta un tanto aburrida.

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  3. Lo malo de las películas de corte histórico es que ya sabes el desenlace. Además le tengo especial inquina al personaje.

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