martes, 4 de diciembre de 2012

PELORUS JACK

















Los barcos que a principios del pasado siglo, hacían la travesía entre Wellington (la capital de Nueva Zelanda) y Nelson, conocían de sobra a un cetáceo al que llamaban Pelorus Jack. Debía ser un calderón gris, un delfínido que puede medir algo más de cuatro metros de largo y unos 680 kilogramos de peso, y que a diferencia del delfín común, tiene el morro redondeado y no puntiagudo.
El delfín acostumbraba a acompañar a los barcos que atravesaban el llamado Paso Francés, nadando a su costado. Durante todo el tiempo que Pelorus estuvo acompañando a los barcos, no hubo ningún naufragio a pesar de lo peligroso de la zona y los marineros tenían tanta confianza en que la compañía del animal les conduciría a buen puerto, que se dio el caso de embarcaciones que esperaban a que apareciera para continuar la navegación.
En 1903, un descerebrado, disparó sobre el pobre bicho. Seguramente era un tripulante que estaría borracho y que viajaba a bordo del vapor Penguin. Pelorus huyó dejando tras de si un rastro de sangre, pero a pesar de todo, siguió acompañando a los barcos, eso sí, nunca volvió a acercarse al Penguin. El caso es que el incidente causó tal alarma que el gobierno neozelandés dictó una ley que declaraba a Pelorus Jack como criatura especialmente protegida. El delfín se hizo muy famoso y muy querido, se convirtió en una atracción y en una celebridad nacional rodeada de historias reales y fantásticas, apareció en sellos, tarjetas postales y portadas de periódicos.
Tras casi un cuarto de siglo de acompañar y fascinar a miles de personas alrededor del mundo, Pelorus Jack fue visto por última vez en abril de 1912. Al igual que su vida, su muerte continúa siendo un misterio rodeado de rumores, aunque la información existente sugiere que podría haber muerto de causas naturales debido a su avanzada edad.



4 comentarios:

  1. Es posible que a una avanzada edad le afectara la humedad.

    Saludos

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  2. Me ha gustado la historia que traes hoy, ya que me ha parecido muy bonita e interesante. Lo que cuentas de este animal es majestuoso, y no entiendo como puede haber siempre algún mierda que enturbie una excelente labor, como la que llevaba acabo este magistral monstruo de mar. Ojalá muriese de viejo, y no por los disparos de fuego de algún gilipollas.

    Un abrazo Trecce.

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    1. Tontos hay a patadas y no te digo para donde tienes que mirar si quieres verlos reunidos, porque seguro que ya lo sabes.

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