sábado, 30 de julio de 2011

PUBLICIDAD NEGATIVA






















Es de sobra conocido aquello de "que hablen de ti aunque sea mal"
Cualquier especialista en marketing sabe que no siempre la publicidad negativa es mala. Una mala crítica de un libro, de una película, de un producto cualquiera, afecta mucho en sentido negativo, cuando el destinatinario es alguien muy conocido, ya consagrado, para entendernos.
¿Qué ocurre cuando hablamos de un desconocido? Pues que es muy común que ese producto se venda, que mejore los resultados por el simple hecho de haber hablado de él. Después de un lapsus de tiempo, variable según personas y circunstancias, hay mucha gente que olvida que leyó algo negativo sobre tal o cual producto, pero no olvida que ha oído hablar de él y en un determinado momento, eso le impulsa a adquirirlo, así pues la crítica negativa ha beneficiado al producto por el simple hecho de hacerlo conocido.
En algunos aspectos de la vida, esa "fama" puede ser menos inocua. Todos conocemos casos de personas que están en la cresta de la ola gracias a críticas bastante negativas en general. Qué me decís de Belén Esteban, por poner el ejemplo más paradigmático del momento para los españoles.
Recuerdo que cuando Michael Jackson (que en gloria esté), anduvo metido en todos aquellos escándalos de pederastia, la venta de sus discos aumentó considerablemente.
Hay un caso bien cercano y que se repite en política de forma cíclica: BILDU. Es innegable que la coalición abertzale cuenta con muchos apoyos y que en circunstancias "normales", hubiera obtenido unos resultados que no siempre comprendemos desde otros lugares de España. Pero todo lo que precedió a su presencia en las elecciones, ha servido, a la postre, para engordar esos resultados que no hubieran sido tan brillantes de no existir esa publicidad negativa.
Los políticos conocen bien esas estrategias, se le llama victimismo. Si alguien te ataca, conviértete en víctima, el daño te lo han hecho ya, muchas veces con pruebas palpables, ahora trata de sacar el provecho que puedas y darle la vuelta a la tortilla, ya saben las frases típicas: "Es una persecución"; "Peor es lo que hicieron ellos"; etc. etc. Tenemos cierta tendencia a ponernos del lado de la víctima y estos "espabilados" tratan de hacernos creer que lo son y, saben, lo peor de todo es que hay gente tan tonta que se lo cree y salen ganando. Ahí tenemos todos esos casos inexplicables de quienes ganan de calle aún estando hasta el cuello de porquería: Gurtel, Faisán,...
Semos asin.


6 comentarios:

  1. "Que hablen de uno, aunque sea bien", decía alguien que conocía bien los entresijos de las opiniones públicas modernas que tan acertadamente señalas hoy.
    Saludos blogueros

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  2. Yo prefiero que no hablen mucho, pero si hablan, también prefiero que sea bien, lo otro me da un poco de miedo.

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  3. Trecce, yo creo que es bueno que hablen de uno, indiferentemente de que lo hagan bien o mal, pero ello es señal de que te siguen o te escuchan. Lo malo es que no hablen ya que esto es síntoma claro de que todo el mundo te ignora. Saludos compañero.

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  4. Tienes más razón que un santo, Trecce. Pero en el caso de Bildu, en vez de tanto hablar, ciertamente, mejor les hubiera sido a los jueces dictar una sentencia justa y mandar a esta gentuza a donde les corresponde estar, y no a disfrutar del dinero del contribuyente.

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  5. Esa es otra vertiente diferente del asunto.

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