En el Turín de finales del XIX y tras un accidente laboral, los obreros de una fábrica textil, reivindican la reducción de la jornada de 14 a 13 horas, para evitar estos accidentes provocados principalmente por el cansancio. La aparición del extraño y entrañable profesor Sinigaglia (Marcello Mastroianni) hace que la protesta desemboque en huelga.
Coproducción italo-francesa-yugoslava, Mario Monicelli dirige esta película, que oscila entre el sainete y la tragedia, presentando una galería de personajes antagónicos: ilusionados unos, reticentes otros, intrépidos y cobardes.
Mastroianni, en uno de los mejores papeles de su dilatada carrera, es un activista enviado para organizar a los trabajadores en su lucha, aunque en ocasiones demuestra no tener demasiada experiencia en la técnica de la huelga lo que ocasiona algunas situaciones cargadas de humor.
Un drama social cautivante, que mueve a la compasión y, como queda dicho, con muchas pinceladas de humor muy bien intercaladas para aligerar lo que podría haber sido de otro modo un drama absolutamente oscuro.




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