viernes, 17 de marzo de 2023

LOS APUROS DE UN PEQUEÑO TREN

 


Un pequeño pueblo inglés está a punto de perder su estación de tren, por lo que decidirán unir esfuerzos y hacerla funcionar ellos mismos, compitiendo con la compañía local de autobuses.


Primera película en Technicolor de la célebre e impagable productora británica Ealing Studios, de la que salieron algunas de las mejores comedias del cine británico de posguerra. Como otros productos que llevan el sello de la factoría, parece una obra intrascendente dentro de su elegancia, que solo busca divertir al espectador, pero no hay que dejarse llevar por las apariencias y es que bajo ese tono amable con aire de comedia clásica, de esas que los cinéfilos dicen con nostalgia, que ya no se hacen, subyace toda una crítica social que no busca denuncias agrias, sino reflejar una realidad que siempre saben hacer llegar muy bien al público. 
Ese afán de nuestras sociedades avanzadas por buscar rendimiento a sus empresas es quizá lo que está en el centro de la trama: Si no da dinero, se suprime. Así que las gentes de pueblos alejados, la sanidad de pequeños lugares, las escuelas con pocos alumnos, sobran, eso sí después damos dinero para una ONG que ejerce su labor en un país que ni siquiera conocemos, algo que está muy bien, que también hace falta, pero nos olvidamos del vecino y nos parece mal que de nuestros impuestos, una parte vaya a pagar infraestructuras deficitarias en lugares poco poblados de nuestro país o a pagar las pensiones de los ancianos: ¡que se jodan! 
Además de esta crítica más evidente, también hay lo suyo para empresas que buscan monopolios, sindicatos, etc.


Todo ello, como digo, con ese humor elegante, aparentemente inocuo, que nos puede parecer algo simplón a veces, aunque no lo es si lo pensamos bien, con una magnífica y cálida fotografía en color que tiene algo de retrato de época, aunque refleje una sociedad que parece una especie de Brigadoom en el que todos son felices con sus quehaceres y unas interpretaciones de gran nivel en este film de tono coral que resulta de obligado visionado para los amantes del ferrocarril, sobre todo si tienen predilección por aquellas viejas máquinas de vapor. Alrededor de este asunto tiene momentos impagables que solo ellos, o ellos más que nadie, sabrán apreciar y disfrutar.




6 comentarios:

  1. Muy buena película de la Ealing, imbricada de toda esa crítica social que nombras.

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  2. Me pareció una película muy entrañable, a propósito de un pequeño mundo que, por desgracia, ya hace mucho que no existe.

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  3. Hola Trecce!
    Desconocía este titulo y como amante del ferrocarril te agradezco el post.
    Saludos!

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