Cuando su padre es ahorcado por dispararle a su esposa y su amante, la joven mestiza Pearl Chavez (Jennifer Jones) se va a vivir con unos parientes lejanos en Texas. Recibida con cariño por Laura Belle (Lillian Gish) y su hijo mayor, el abogado Jesse (Joseph Cotten), se encuentra con la hostilidad del esposo de Laura y propietario del rancho, el senador Jackson McCanles (Lionel Barrymore), postrado en su silla de ruedas, y con los deseos lujuriosos del rebelde y problemático Lewt (Gregory Peck), su hijo menor. Casi de inmediato, las tensiones familiares ya existentes se ven exacerbadas por su presencia y la forma en que se siente atraída físicamente por Lewt.
El guión se basa en la novela Lust of the Dust, del escritor Niven Busch, que también era guionista, pero no es el autor del guión de la película.
Aunque al principio la iba a producir RKO, las negociaciones con David O. Selznick que tenía contratada en exclusiva a Jennifer Jones, la elegida para el papel protagonista, se complicaron por las exigencias de Selznick, que terminaron por hacer que la RKO, le ofreciera la venta de todo el proyecto, aceptando de inmediato el trato, ya que, en el fondo, es lo que pretendía. A partir de ahí, pasó de ser un modesto western a una gran producción, con una inversión superior a la del coste de Lo que el viento se llevó. Una prueba más de la obsesión del magnate de Hollywood por promover la carrera de la que acabaría siendo su segunda esposa.
La película, que provocó un buen número de controversias cuando se estrenó debido a las tormentosas relaciones de Peck y Jones, a la presencia erótica de ésta y a los primarios simbolismos sexuales, más que un western, que lo es, al menos en su envoltura y ambientación, es un melodrama en algunos momentos exacerbado, de relaciones pasionales y personales.
Sin embargo, King Vidor le da algo más, salpicándolo de planos realmente llamativos y de algunos momentos de épica que, si bien se mira, a la narración aportan poco, pero le dan un empaque de gran producción y lo sacan del intimismo en que podría haber caído la historia. Recuerdo, por ejemplo, la espectacular cabalgada de Lionel Barrymore y sus vaqueros para impedir el paso del tren, con decenas, si no cientos de jinetes trotando por la pradera y la llegada, para frenarlos, del ejército, pero no dos o tres soldados, sino otros tantos, que parece que ha llegado el Séptimo de caballería reforzado por el VIII, el IX, y el X. ¡Sería por dinero!, ya hemos comentado que Selznick tiró la casa por la ventana y Vidor lo supo aprovechar.
Un film de los más taquilleros del género, lleno de pasiones salvajes, con personajes rotundos y de gran belleza plástica.
Una mujer desamparada que encuentra refugio en brazos de Gregory Peck. Un western romantico con actores de primer nivel, digno de verse.
ResponderEliminarBuena reseña Trecce.
Un abrazo
Más que refugio encuentra un amor morboso y tóxico.
EliminarMemorable la escena del beso final, una de las más icónicas de la historia del cine.
ResponderEliminarComo tal se la tiene, en efecto.
EliminarUn film mítico.
ResponderEliminarLo es, ciertamente.
EliminarQue tal Trecce!
ResponderEliminarRecientemente volví a verla, sigue manteniendo el tipo. Desconocía ese dato sobre su presupuesto.
Saludos!
Jennifer Jones era por entonces la "novia" de Selznick, así que éste se gastó una buena pasta en la película.
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