LA DELICADEZA

 

Nathalie Kerr (Audrey Tautou) lo tiene todo para ser feliz: Joven, guapa y un amor correspondido, pero la muerte de su marido, atropellado por un automóvil mientras hacía deporte, viene a truncar su vida. Durante años se dedica a su trabajo, dejando su sensualidad en un compás de espera. Pero, de pronto, sin que sepa muy bien ni cómo ni por qué, se besa con uno de sus compañeros de trabajo, Markus Lundell (François Damiens), hombre sumamente atípico, que nunca ha tenido éxito con las mujeres, pero que rebosa bondad y ternura. Se inicia la aventura sentimental de esa pareja tan poco previsible que despierta curiosidad y agresividad en la gente de la empresa y entre las amistades de Nathalie.

El guión se basa en la novela homónima de David Foenkinos, guionista y co-director del film junto a su hermano Stéphane.

El único motivo por el que me decidí a ver esta película es la presencia de Audrey Tautou, sí esa de la que se dice que hace mohines, que su expresión es siempre la misma, que siempre hace de Audrey Tautou... y que para mí es, sencillamente, una gran actriz y si todo lo que le pueden reprochar algunos es que siempre haga de sí misma (algo con lo que no estoy del todo de acuerdo), pues mejor, porque es lo que yo espero de ella, como lo esperaba de Audrey Hepburn o de tantas otras, porque me gusta su forma de interpretar. 

Más allá de mis preferencias, lo que me he encontrado es una película que comienza con un drama y, tras una elipsis temporal, continúa como una comedia que trata de ser original, pero no siempre lo consigue, cayendo en algunos de los tópicos de este tipo de historias. A pesar de ello, me parece un film bastante conseguido como entretenimiento, con unos personajes que se salen de los estrictos cánones de las historias románticas, al menos su protagonista masculino, que no es el típico galán, sino todo lo contrario, con algunos momentos para el humor y otros para la ternura, huyendo de las escenas de sexo explícito a las que no necesita recurrir para mantener el interés del espectador. También me ha gustado el personaje de la protagonista, una mujer fuerte, moderna, autónoma y que, sin avasallar en ningún momento, lleva la iniciativa profesional y sentimental de su vida. 

Me han parecido muy conseguidas las interpretaciones e interesante el asunto de la superación del duelo por parte de ella y de cómo la pareja sabe sobreponerse a las presiones del entorno para no dejar que arruinen su relación. La película, por otra parte, trata de aparentar una historia de personas normales, que no tienen nada de extraordinario y en quienes podríamos identificar a cualquiera, pero tiene un par de cosas que se salen de ese planteamiento, dos trucos de guión bastante inconsistentes disfrazados de chiste y muy importantes en el conjunto, ya que son los que dan origen a las dos relaciones de Nathalie, que nada tienen que ver con ese planteamiento de cotidianeidad y son tan evidentes que la privan de credibilidad (algo que no tengo claro que pretendieran) y la convierten en una especie de cuento romántico. 

Habrá quien no disfrute en absoluto del film, de hecho las críticas tampoco es que sean demasiado positivas en general, a mí me gustó, me parece muy entrañable, muy bonita y, desde luego, a los admiradores de Audrey Tautou, creo que les encantará.