viernes, 5 de enero de 2018

ARRÁNCAME LA VIDA

"Arráncame la vida" es la historia de Andrés Ascencio (Daniel Giménez Cacho) y Catalina Guzmán (Ana Claudia Talancón), de su relación amorosa, de las relaciones y el poder entre hombres y mujeres, de los cómplices del poder. Es la historia de una mujer que busca la libertad en una Puebla machista de 1930.
Catalina encuentra en Andrés, un hombre simpático y poderoso, una vía para salir de su pequeño mundo, de acceder a cosas más a la medida de su curiosidad y sus ganas de vivir. Pero muy pronto descubre que al haber ligado su vida a la de Andrés, también está perdiendo su libertad. Catalina ha dejado de ser feliz junto a él. Está creciendo, descubriendo el mundo, y de pronto se da cuenta de que no es libre, de que quiere serlo. Pero liberarse de ese hombre tan poderoso es poco menos que imposible. Catalina empieza a vivir como mujer cuando entra al Palacio de Bellas Artes y conoce al director de la orquesta: Carlos Vives (José María de Tavira).
Vives es la contraparte de Andrés. Vives es moral, casi idealista, joven, guapo, aunque también ambicioso. Y Vives trata a Catalina como un igual. Catalina ve con él lo que pudo haber sido su vida, lo que aún podría ser. Pero Vives también quiere el poder, aunque lo quiera por causas legítimas. Andrés descubre en Vives a un rival (tanto en lo político como con su mujer), y lo manda matar sin aspavientos, como se deshace de todo aquel que le estorba. Y no es hasta que Catalina sufre en carne propia las consecuencias de ese poder arrollador, que decide que no puede seguir siendo cómplice y víctima de ese poder.


El guión está basado en la novela del mismo título de la escritora mexicana Ángeles Mastretta, que también colaboró en el guión, junto al realizador del film, Roberto Sneider.


Bien ambientada, acercándonos a Puebla y a México D.F. en los años 30 y 40 del pasado siglo, la película está correctamente interpretada, destacando la figura arrolladora de General Ascencio al que da vida Daniel Giménez Cacho, un malvado de esos que, sin llegar a caer simpático, en cierto modo conecta con el espectador.
Muy interesante también la selección musical que acompaña a la cinta, que incluye variaciones de temas emblemáticos de la música mexicana.


El film retoma los viejos temas que dieron cierto lustre al cine mexicano, a medio camino entre el drama romántico y el culebrón, pero con aires renovados, narrándonos la historia de una mujer, una de tantas en la época en que lo masculino dominaba, que se da cuenta de que todas sus inquietudes están coartadas por la voluntad de un marido déspota y posesivo, que no le niega los caprichos que hacen su vida confortable, pero que, al tiempo, se salta cualquier norma de respeto hacia el matrimonio. De fondo la vida política mexicana, las corruptelas, los asesinatos de los rivales, el desprecio por los desfavorecidos... Algunos critican que la película no entre más a fondo en estas cuestiones, pero no lo hace porque ese no es el asunto de la película, sino el trasfondo de la misma.
No es una gran película, pero es un trabajo muy digno, de esos que se ven con agrado, hecho con esmero a pesar de que no consigue trasmitir toda la pasión que el relato encierra.




6 comentarios:

  1. Es curioso que ahora, Don Trecce, todo lo veamos o nos han inculcado ultimamente que debemos verlo desde la faceta feminista de la sociedad. Y durante siglos y en los años 1930 y 1940 las mujeres del Mundo entero sabian que estaban sometidas al poder de un marido. Sin que, al parecer, dejaran por ello de ansiar casarse con aquellos varones omnipotentes dentro de cada casa.

    Y creo que no vivian tan mal sin aspiraciones FEMINISTAS por la simple razón de que en cada casa eran ELLAS las que controlaban todo : desde el modo de gastar el dinero hasta lo que debían vestir cada miembro de la familia.

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  2. Yo creo que estas películas, hasta acaban poniendo un poco de los nervios al espectador, ya que uno piensa; " si pudiera traspasar la pantalla, a más de uno le ponía las pilas.

    Salud Trecce

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  3. Ya pueden estar bien hechos tanto el libro como la película, porque el argumento está explotado hasta la saciedad.

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    1. Si fuera tan sencillo como eso el hacer películas buenas o malas...

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