Silver (Marta Mazurek) y Golden (Michalina Olszańska) son dos sirenas hermanas. Ambas traban amistad con un peculiar grupo musical que trabaja en un local nocturno, al parecer, de un estilo que abundaba en Polonia en los últimos años del comunismo, los "restaurantes de baile", donde se cenaba y se presenciaban espectáculos entre discotequeros y eróticos.
Pronto, gracias a su imponente presencia, las dos sirenas se convierten en el gran atractivo de la banda. Una banda cuyo futuro sigue complicándose al enamorarse Silver del bajista, que siente que su relación está incompleta porque cuando tienen aspecto humano no poseen genitales y cuando están, por así decirlo, en remojo, les crecen unas impresionantes colas como si fueran de anguila, llenas de escamas.
En el fondo, a pesar de su apariencia humana, las sirenas, como otros seres provenientes del mar que aparecen en la película, no son humanos y, de vez en cuando, les sale su verdades naturaleza y son capaces de darte un mordisco que para sí lo quisiera una barracuda.
El bajista se enamora y se casa con una humana y las dos "tiernas hermanitas", se empeñan en acabar con el chico, pues de lo contrario, ellas mismas sufrirán horribles consecuencias y se convertirán en espuma de mar.
'The Lure', se sumerge en la corriente de películas recientes, dirigidas por mujeres, que indagan en las características únicas de la feminidad a través de una reflexión sobre lo monstruoso. Las colas de sirena de las protagonistas no son bellas y luminosas colas de pez estilo Disney, sino que están más cerca de parecer la de una anguila, y en más de una ocasión se menciona el mal olor que despiden.
Por eso, cuando Silver regala una escama de su cola al bajista de la banda para que la use de púa, un momento que en una comedia romántica al estilo de 'Un, dos, tres... Splash' habría resultado entrañable, aquí es repulsivo. Y cuando las sirenas están haciéndose unas fotos de promoción subiditas de tono y decoran sus colas con redes de pescar, el resultado roza lo patético, por lo que tiene de renuncia a lo que las hace únicas.
'The Lure', pese a ceder a las claves del musical en términos románticos y ser menos combativa que otras muestras de horror femenino reciente, brilla gracias a su militancia en lo extravagante y lo excesivo. Funciona como reformulación de los cuentos de hadas que tan de moda se han puesto últimamente (ojo a los estupendos créditos iniciales), pero también como crítica de esa misma moda, estamos ante la antítesis de La Sirenita. Y con llamativas canciones por añadidura.
Para aderezar su aparente locura argumental, 'The Lure' va trufando su desarrollo de canciones, pero no exactamente del mismo modo que en un musical. En ocasiones sí (las sirenas van de compras, las sirenas expresan sus sentimientos, las sirenas se someten a brutales intervenciones quirúrgicas...), pero otras veces, lo que tenemos son las actuaciones en el sugestivo y misterioso restaurante (en realidad, una especie de recreación del nightclub abandonado en Varsovia donde actuaban los padres de Barbara y Zuzanna Wronska, autoras de las canciones).
La banda sonora incluye temas que recuerdan a los clásicos del rock, pero también otros que son auténticos guiños a la nueva ola del pop, 'The Lure' rebosa canciones que refuerzan la atmósfera intensamente extravagante de la historia. Esa filosofía propia de los musicales de que se vea como normal que los protagonistas se arranquen a cantar se extiende aquí a prácticamente todo y le da un toque de cierto humor negro: en efecto, a nadie le parece raro que a las nuevas vocalistas de la banda les crezca cola de pez, sin embargo les llama mucho la atención que no tengan vagina.
Me han convencido las dos protagonistas, que logran interpretaciones absolutamente naturales (ojo, que no debe ser fácil aparecer en la mitad de las escenas con los pechos al aire sin dar la sensación de sentirse ni incómodas, ni provocadoras, sino como quien muestra las piernas, los brazos o la cara) y al tiempo, un tanto perturbadoras.
La película es absolutamente inclasificable, entre otras razones porque contiene elementos de muy diversos géneros (la fantasía con raíces en el folclore, la opera-rock, la nostalgia de los ochenta, el horror vampírico aderezado con escenas gore y la historia de autodescubrimiento juvenil), la mezcolanza tiene un aroma único, sobre todo debido a su decidida apuesta por lo extraño, lo chocante y lo incómodo.
El film supone el debut de la polaca Agnieszka Smoczyńska con un guión de Robert Bolesto y creo que no ha sido estrenada comercialmente en salas españolas.
No me gusta ese argumento ni esa trama, y lo siento.
ResponderEliminarEn realidad no pertenece a un tipo concreto y a mí esta me resultó muy llamativa.
EliminarNo la he visto, pero joder la foto mete miedo, sobre todo la gachí de la derecha.
ResponderEliminarSalud Trecce.
En muchos sitios está catalogada como película de terror, pero no da nada de miedo, seguramente por lo extravagante que es.
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