miércoles, 1 de noviembre de 2017

EL TRUCO FINAL (EL PRESTIGIO)

En el agitado Londres de finales del siglo XIX, en una época en la que los magos son los ídolos más reconocidos, dos jóvenes ilusionistas se proponen labrar su propio camino a la fama. El ostentoso y sofisticado Robert Angier (Hugh Jackman) es un consumado artista, mientras que el rudo purista Alfred Borden (Christian Bale) es un genio creativo que carece de la desenvoltura necesaria para mostrar al público sus mágicas ideas. Al principio son dos compañeros y amigos que se admiran mutuamente. Sin embargo, cuando el mejor truco de ambos se echa a perder, se convierten en enemigos irreconciliables e intentan por todos los medios superar al otro y acabar con él. Truco a truco, espectáculo a espectáculo, se va fraguando una feroz competición que ya no conoce límites.
Según el creador de trucos Cutter (Michael Caine), todo gran truco de magia se desarrolla en tres actos. El primero recibe el nombre de La Promesa: el mago muestra algo ordinario, pero, como es de esperar, probablemente no lo sea. El segundo acto se llama El Giro: El mago hace que ese algo ordinario realice algo extraordinario. Ahora bien, aunque busques el secreto, no lo vas a encontrar. Es por esto que hay un tercer acto, llamado El Prestigio. Esta es la parte de los giros y los cambios inesperados, en la que la vida pende de un hilo, y ves algo sorprendente que jamás has visto antes”.


La génesis de la película comenzó justo después de que Nolan dirigiese Memento. Por esas fechas, el productor ejecutivo Valerie Dean leyó la reconocida novela de Christopher Priest El Prestigio y se enamoró perdidamente de ella. Inmediatamente supo que, por su compleja mezcla de historia y ciencia ficción, esta historia de rivalidad descontrolada entre magos sería un buen material para una película.


El director Christopher Nolan usa estos mismos principios expuestos por Cutter, es decir, secretos cuidadosamente elaborados e impactantes momentos reveladores, para descubrir esta zigzagueante historia llena de sorpresas sobre el duelo de los magos Robert Angier y Alfred Borden, convirtiendo la película en un complejo thriller en el que abundan los misterios, las ilusiones impregnan cada acción y nada es lo que parece, excepto las primitivas emociones humanas que impulsan una lucha épica entre dos hombres ambiciosos.


Además de todo esto, la película está muy bien rodada, con una fotografía espléndida, una banda sonora que acompaña bien a las imágenes y entre unas correctas actuaciones, el espectador tiene el privilegio de poder disfrutar del siempre magistral Michael Caine.


Christopher Nolan tenía la esperanza de que todos los elementos del film se ensamblaran como las piezas de un provocativo puzzle. “Me gustan las películas que siguen dándote vueltas en la cabeza en diferentes direcciones después de verlas”, comentó el director. “Espero que la gente salga de ver esta historia sintiendo que se ha divertido, pero también con toda clase de resonancias y pensamientos interesantes estallándole en la cabeza”.
Y lo consigue, si se dan una vuelta por los foros cinéfilos, encontrarán encendidas disputas sobre si la máquina de Tesla (David Bowie), funcionaba o no funcionaba. Fíjense bien en todo esto (lo de la máquina del genial inventor, quiero decir), porque aquí es donde Nolan nos ofrece su prestigio particular, todo es un truco y el espectador ve cosas que no siempre se corresponden con la realidad. Para algunos esta película es pura magia, otros, nunca llegan a entenderla, a captar que Nolan está jugando con lo que el espectador cree ver, pero que en realidad está realizando un truco.




2 comentarios:

  1. Soy de la opinión de ese director que dice :"Me gustan las películas que siguen dándote vueltas en la cabeza en diferentes direcciones después de verlas "

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    1. Nolan se ha ganado un lugar entre los directores de prestigio del cine actual.

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