lunes, 6 de noviembre de 2017

HIJOS DE LOS HOMBRES

Año 2027: el ser humano está al borde de la extinción: los hombres han perdido la capacidad de procrear y se ignora por qué razón todas las mujeres del planeta se han vuelto estériles. Al mismo tiempo, el mundo se estremece cuando muere asesinado un muchacho de 18 años, la persona más joven de la Tierra. La mayoría de la gente acepta lo inevitable y se deja llevar por la desesperanza, otros luchan por defender un planeta unido y los derechos de la decreciente población. Gran Bretaña, mediante una política dictatorial, es el único país que ha conseguido acallar las luchas internas, pero a cambio debe soportar la continua llegada de inmigrantes ilegales a sus costas. Sin embargo, haciendo gala de una política dura y totalitaria, los refugiados son internados en campos y deportados. Nada de todo esto parece importarle a Theo (Clive Owen), antiguo activista convertido en anónimo funcionario, que se protege contra los recuerdos de un doloroso pasado y la realidad de un futuro sin sentido intentando no sentir nada. Los únicos hitos de su monótona vida son las visitas que realiza a su viejo amigo Jasper (Michael Caine). Pero todo esto cambia de repente cuando le llevan a ver a Julian (Julianne Moore). La mujer, que fue su compañera sentimental y de armas, lidera una organización ilegal que defiende los derechos de los refugiados. Julian sólo reaparece para pedirle un favor a Theo: que consiga papeles para que Kee (Clare-Hope Ashitey), una joven perteneciente a su organización, pueda salir del país sin problemas. Theo acepta, por Julian y también porque cobrará 5.000 libras. Debe acompañar a Kee y a un puñado de compañeros de Julian en un complicado viaje hasta llegar a la costa. Cuando lleguen, los miembros del casi mítico Proyecto Humano, a través del cual las mentes más brillantes del mundo se esfuerzan en formar una nueva sociedad, les ayudarán. Pero cuando unos bandidos atacan el grupo, queda claro que Kee es mucho más que una refugiada; de hecho, sus compañeros están dispuestos a morir por ella.


Adaptación de la novela del mismo título de la escritora británica P.D. James, que algunos han definido como un thriller del futuro. Una historia sobre el posible fin de la raza humana, del que la autora aseguró que, en algún sentido, puede considerarse como una novela religiosa.
El guión cambia algunas cosas respecto a la novela, por ejemplo, aquí son las mujeres las que son estériles, mientras el libro apunta a la carencia de espermatozoides en el semen de los varones. Hay más cambios, aunque en general, apenas afectan al mensaje de la historia. Al Parecer, la autora estaba satisfecha con lo que el film había hecho con su novela.
Estupendo trabajo del protagonista, Clive Owen y del resto de actores, todos ellos hacen muy creíbles a sus personajes. Atención al divertido papel de Michael Caine que lo borda, como de costumbre. 


Inquietante visión de una sociedad futura la que nos ofrece este film del mexicano Alfonso Cuarón, en buena parte porque la sociedad que retrata, no es tan lejana a la realidad como lo que pudiera aparentar en principio. Esta distopía tiene mucho de posible, en un mundo en que las migraciones son paradas a golpe de porra y los seres humanos incapaces de procrear.
La película de Cuarón, nos ofrece secuencias realmente destacables y logra introducirnos de lleno en la historia que nos cuenta. Él decía que, más que una película al uso, quería hacer una especie de documental sobre un futuro inmediato, con unas realidades tan tétricas como posibles.
Creo que lo consigue y cuando los títulos de crédito comienzan, el espectador empieza a darle vueltas a lo que ha visto y a preocuaparse por lo que pueda tener de profecía.
Estupendos diálogos y unas cuantas secuencias cargadas de simbología y de referencias a los relatos bíblícos sobre el nacimiento del Mesías.
Entretenida y profunda, un ejemplo de cine bien hecho, y de historia atractiva que invita a la reflexión.




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