martes, 10 de noviembre de 2015

LOS HERMANOS SWITZER

Los hermanos Robert (Bob) y Joseph (Joe) Switzer eran adolescentes en Berkeley, California, en la década de 1930. La Gran Depresión estaba en su apogeo, y la vida era difícil para la familia Switzer. Su padre, Emmet, y la madre, Maude, trabajaban en su farmacia con la ayuda de sus cuatro hijos.
Durante el verano de 1933, Bob, estudiante de medicina en la Universidad de California en Berkeley, encontró un trabajo de verano en un laboratorio de control de calidad de la HJ Heinz Company para ayudar a mantener a la familia. Una de sus funciones era tomar muestras de los envíos entrantes. Un grave accidente se produjo durante la descarga de un vagón de mercancías, y Bob fue encontrado inconsciente tumbado junto a las vías del tren. Su cráneo se había fracturado, Bob se despertó en el hospital con daño cerebral, un nervio óptico parcialmente cortado, visión doble, y una gran pérdida de memoria.
Para ayudar a su recuperación estuvo muchos meses en una habitación oscura por prescripción médica. El único estímulo que tenía era una colección de minerales fluorescentes. Durante este tiempo, Bob y Joe desarrollaron una curiosidad acerca de fluorescencia. Los hermanos encontraron varios compuestos orgánicos naturales fluorescentes y se dieron cuenta de que podían ser utilizados para mejorar los espectáculos de magia que practicaba Joe. Estaban experimentando con formas de convertir los compuestos fluorescentes en pintura y pronto tuvieron cierto éxito combinando los materiales con goma laca. Joe usó su pintura experimental para diseñar trajes que brillaban en el escenario oscuro. En 1934, Joe realizó su "ilusión balinesa Magic", utilizando trajes fluorescentes, ganando un premio a la mejor ilusión durante una convención de magos en Oakland.
En 1946 fundaron una empresa en Cleveland que luego se llamó DayGlo Color Corporation. Todas las prendas de alta visibilidad que vemos a diario —los chalecos reflectantes, la indumentaria de los ciclistas, las rayas de seguridad de los conos de tráfico…— proceden de la caída de Bob Switzer.




2 comentarios:

  1. Curiosa y muy interesante entrada, lo desconocía por completo. Fíjate por dónde a pesar de perder casi la vida en el accidente, resultó luego ser un genio. Habrá que echar mano en este caso de la famosa frase; "no hay mal que por bien no venga.

    Un abrazo Trecce.

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