lunes, 14 de julio de 2014

LA DUQUESA

Guillermo Cavendish (Ralph Fiennes), 5º Duque de Devonshire, uno de los hombres más ricos de Inglaterra, está pensando en contraer matrimonio con el único fin de traer al mundo un heredero varón. Tras su búsqueda de una esposa adecuada, se decide por Georgiana Spencer (Keira Knightley), con la que se casa un día antes de que ella cumpla los 17 años.
Georgiana es guapa, cultivada y elegante, su éxito entre la gente es obvio, tanto entre la aristocracia, que la tiene por un referente de elegancia y modales, como entre las personas de baja extracción que la adoran por su belleza y cercanía. De hecho, un primo lejano suyo, Charles Fox (Simon McBurney), uno de los líderes del partido Whig (el partido liberal), aprovecha esta popularidad para atraer votos, haciéndose acompañar de Lady Georgiana en algunos de sus mítines.
Sin embargo su matrimonio supone una decepción para la Duquesa, acuciada por la exigencia del Duque de que le proporcione un heredero varón, después de que ella le ha dado dos hijas y ha tenido varios abortos; los amoríos extraconyugales de su marido, incluso con la mejor amiga de la Duquesa, Lady Bess Foster (Hayley Atwell), con la que el matrimonio forma un peculiar triángulo sentimental; acaban haciendo que Georgiana encuentre en Charles Grey (Dominic Cooper), un joven y prometedor político Wight, que llegará a primer ministro, una especie de alivio para sus males. Georgiana se enamora apasionadamente de Grey, pero su marido la obliga a dejar a su apuesto amante y la separa de la niña que ha tenido de él.


El guión adapta la biografía que la historiadora estadounidense Amanda Foreman escribió sobre la Duquesa, publicada con el título "Georgiana, Duchess of Devonshire". La propia escritora trabajó como consultora del film y se mostró bastante satisfecha con la visión que el film da de su libro y del personaje.


La película se centra en el personaje de la protagonista y las circunstancias, sobre todo matrimoniales, que van marcando su vida. La época en la que vive y sus avatares en la sociedad del momento, son tratados como pinceladas, sin profundizar demasiado en ello, a pesar del interesante papel que Georgiana jugó en dicha sociedad.


Gran trabajo de Keira Knightley, acompañada de un Ralph Fiennes bastante hierático, así está concebido su papel, no es que él lo busque, supongo. Pero como digo, el film se centra en la figura de la Duquesa y Keira sabe sacar todo el jugo a una papel en el que se luce.
Magnífica la ambientación, es envidiable cómo consiguen hacerlo rematadamente bien en estas pelis británicas, verdaderamente envidiables el retrato del entorno, incluso los ademanes, la misma decoración y, por supuesto, el vestuario, que ganó el Oscar de ese año, están recreados con total minuciosidad.


El realizador, según propia confesión y como ya queda señalado, pretende centrarse en el conflicto matrimonial y sentimental de la protagonista y eso hace, sin profundizar en otros matices de la vida de esta mujer que, sin duda daban para mucho, con sus problemas de ludopatía, que sólo aprecia quien conozca su biografía, pues son tratados como mera anécdota; o el peculiar triángulo amoroso entre el matrimonio y Lady Foster, en el que no bucea en los aspectos psicológicos que la situación provoca en los personajes más que de pasada.
En fin, que el film pasa de puntillas por muchos aspectos de la vida de esta mujer, alguien que participaba en la política en una época en la que el derecho al sufragio femenino quedaba muy lejos y que convierte la película en una joya estética, pero en algo anodino en cuanto a guión que está bastante poco conseguido.
Hay algunas anécdotas alrededor del hecho de que Lady Diana, la esposa del príncipe Carlos de Inglaterra, fuera descendiente de esta mujer a través de la rama de los Spencer y, aunque siempre se ha negado cualquier relación entre el retrato que se hace Georgiana en la película y Lady Di, lo cierto es que quien quiera encontrar similitudes, aunque sea en los aspectos más oscuros de sus respectivas vidas, tiene donde hacer comparaciones más que de sobra.




2 comentarios:

  1. Es cierto que no se plantearon meterse en mayores reflexiones, pero aún así, tampoco acaba de enganchar.

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