martes, 1 de julio de 2014

GRANDES PRINCIPIOS DE NOVELA (DON QUIJOTE DE LA MANCHA)

Detrás de una gran novela, siempre hay un gran escritor o escritora, algunas veces, incluso una gran historia y, en ocasiones, que no siempre, un gran arranque. Esto ya es más raro, todos hemos leído libros que nos han encantado y cuyo comienzo presagiaba que no nos iba a gustar demasiado.
Siempre me ha llamado la atención el inicio de los libros, porque imagino al autor sentado ante la página en blanco, o ante la pantalla del ordenador con el cursor parpadeante del procesador de textos, preparado y dispuesto. De vez en cuando, el escritor recibe una inspiración, un destello de magia y el duende de la genialidad obra del milagro, la novela tiene un arranque que será recordado para siempre.
Como no podía ser menos para un blog escrito en castellano, mi primera homenaje será para el Ingenioso Hidalgo y para su autor, aquel que, a pesar de ser un genio de las letras, el momento de su vida del que más se vanagloriaba, era haber estado presente en Lepanto: "la más alta ocasión que vieron los siglos pasados, los presentes, ni esperan ver los venideros".

DON QUIJOTE DE LA MANCHA:

En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo que vivía un hidalgo de los de lanza en astillero, adarga antigua, rocín flaco y galgo corredor. Una olla de algo más vaca que carnero, salpicón las más noches, duelos y quebrantos los sábados, lentejas los viernes, algún palomino de añadidura los domingos, consumían las tres partes de su hacienda. El resto della concluían sayo de velarte, calzas de velludo para las fiestas con sus pantuflos de lo mismo, los días de entre semana se honraba con su vellori de lo más fino. Tenía en su casa una ama que pasaba de los cuarenta, y una sobrina que no llegaba a los veinte, y un mozo de campo y plaza, que así ensillaba el rocín como tomaba la podadera. Frisaba la edad de nuestro hidalgo con los cincuenta años, era de complexión recia, seco de carnes, enjuto de rostro; gran madrugador y amigo de la caza. Quieren decir que tenía el sobrenombre de Quijada o Quesada...



4 comentarios:

  1. Gracias Trecce: contigo siempre se aprende algo nuevo.

    Saludos amigo.

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  2. Ese inicio del mejor libro escrito jamás, es una maravilla que debieran de sabersela de memoria todos los escolares.
    Don Miguel no sólo era un gran hombre por sus hechos sino que demuestra una inusual cultura greco-latina a lo largo del libro. Y algo que es básico en su obra : su ternura para con sus personajes de ficción a pesar de haber sido él mismo un ser apaleado por la vida constantemente.

    No hay una sola frase en toda la obra que no contenga una fina ironía o un compendio de sabiduria. Y lo más importante : en no mencionándole a Don Quixano nada relacionado con los Caballeros Andantes, resulta ser el hombre más cabal que pueda hallarse entonces y ahora.

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    1. No es casualidad que sea reconocida como un gran novela a nivel mundial, y que, como tal, siga siendo tenida a lo largo de los tiempos.

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