viernes, 16 de agosto de 2013

EL MILAGRO DE ANNA SULLIVAN

Hellen Keller (Patty Duke), un bebé de apenas 19 meses, sufre lo que los médicos de entonces llamaban fiebre del cerebro o congestión cerebral (posiblemente escarlatina o meningitis) y aunque, contra todo pronóstico, logra sobrevivir, su madre pronto se da cuenta de que la niña no responde a estímulos exteriores, ni oye, ni ve.
A causa de su discapacidad, la pequeña crece aislada del mundo que la rodea, sumida en su propio universo interior y bajo la sobreprotección de su familia que, no estando preparada para otorgarle una educación que la ayude a superar sus limitaciones, lo centra todo en darle cuantos caprichos se le antojan, víctimas ellos mismos de la lástima que les produce.
Sin embargo, jamás renuncian a la posibilidad de solucionar el problema de Hellen y fruto de sus gestiones es la llegada al domicilio familiar de Anna Sullivan (Anne Bancroft), una joven con un duro pasado que acaba de concluír sus estudios como maestra y que se dedicará en cuerpo y alma a trabajar con Hellen, consiguiendo dotarle de la disciplina que faltaba en su vida, primer paso para conseguir que Hellen pueda comprender y comunicarse con el mundo que la rodea.



Pocos comentarios pueden hacerse a este film, salvo la ferviente recomendación de que quienes no lo hayan visto se tomen un tiempo para hacerlo, porque este sí que es de esos films que no se olvidan.
Si es cierto que la realidad supera la ficción y que, en ocasiones, hechos o circunstancias de la vida son el mejor guión para una película, lo difícil es plasmarlo después en el celuloide y no estropear la historia.
En esta ocasión, Arthur Penn, tomando como base el guión de William Gibson, que adapta su propia obra teatral, consigue uno de esos productos redondos en los que la perfección asoma por cada ángulo.
El peligro de caer en el sentimentalismo barato es evidente, sin embargo, Penn sortea con éxito esta tentación dotando al film de un realismo casi documental.
Magníficamente interpretada por todos y cada uno de los integrantes del reparto, con una Anne Bancroft en el papel de Anna, sublime y una difícil, extenuante y lograda interpretación de Patty Duke como Hellen, que les valió a ambas llevarse el Oscar a las mejores interpretaciones principal y secundaria respectivamente.
El acompañamiento musical de Laurence Rosenthal me ha resultado especialmente llamativo, muy logrado y una espléndida fotografía en blanco y negro del cubano Ernesto Caparros, de gran calidad, desde las imágenes que acompañan a los títulos de crédito, con la sobra de Hellen aproximándose a la barandilla de la escalera, hasta los efectos visuales que distorsionan la imagen volviéndola borrosa para mostrarnos los recuerdos de Anna Sullivan y su triste y duro pasado en el orfelinato en el que se criaron su hermano y ella.


Película brillante y, además, entretenida, de esas que te atrapan y con algunas secuencias que merecen figurar entre las mejores del cine, como la del comedor, en la que Anna se encierra con Hellen para tratar de enseñarle a comportarse en la mesa, rodada con tres cámaras durante más de cinco días; y una secuencia final bellísima que transmite la esperanza y la ilusión con la que Hellen y quienes la rodean van a afrontar el futuro gracias a los frutos de la constancia y el trabajo de Anna Sullivan.




8 comentarios:

  1. Gran película. Estremecedora y tierna a la vez. Nos trasmite un mensaje de esperanza. Buena critica.

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    1. A destacar el reconocimiento a la labor docente de Anna Sullivan. Una profesora para nada condescendiente, sino rigurosa, sabiendo distinguir perfectamente disciplina y respeto por el alumno. Situaciones que invitan a reflexionar sobre la deriva que han ido tomando algunos aspectos del actual sistema educativo. Me parece que daría para hablar mucho del asunto, así que aquí me paro.

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  2. Trabajo cara al público, y lo paso fatal cada vez que tengo que informar a alguien con alguna carencia sensorial. Tiene que ser espeluznante tratar de comunicarse con alguien sin vista, oido y voz.

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  3. Recuerdo la película. Impactante. El proceso de la educación de Hellen es fascinante.

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    1. Sí, da para hablar mucho del coraje, la rectitud, la constancia y la fe de esta mujer que sorteó todos los obstáculos para llegar a su fin, el de ayudar a la pobre Hellen a integrarse en el mundo.

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  4. ¡Muy buena entrada como siempre Trecce!
    La película es de las que no se olvidan, desde luego y Anne Bancroft hizo uno de los mejores papeles de su vida.
    Me lo he llevado a Cinema Paraíso con tu permiso: https://www.facebook.com/photo.php?fbid=521750441231685&set=a.396019950471402.89821.361939303879467&type=1&theater

    AlmaLeonor :)

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