Sherrie Christian (Julianne Hough), llega a Hollywood con la esperanza de abrirse camino en el mundo de la canción, pero al poco de bajar del autobús le roban la maleta y junto a sus discos se llevan parte de sus sueños ingenuos y aterriza en la cruda realidad de la gran ciudad que poco tiene que ver con lo que ella anhelaba.
En Drew Boley (Diego Boneta) encuentra algo más que un amigo que la ayuda a encontrar trabajo en el local en que él trabaja, una sala donde actuan grupos de rock y se sirven copas, propiedad de Dennis Dupree (Alec Baldwin), que atraviesa apuros económicos y tiene puestas todas sus esperanzas en los ingresos que obtenga con la actuación de la estrella rockera Stacee Jaxx (Tom Cruise), embarcado en pleno relanzamiento de su carrera.
Película un tanto decepcionante en la que lo mejor es la banda sonora, a base de algunas baladas muy conocidas del rock de los 80 y que los amantes de esta música seguro que se saben de memoria. Sin embargo la historia pierde gas tras un comienzo que nos invita a esperar algo más que nunca acaba de llegar.
Y es que lo que podía haber sido una parodia irreverente y divertida sobre la música rock ochentera y sus ídolos, de buenas a primeras pasa a ser algo que no consigue llegar a ningún punto. Ni es un film amable, ni es un homenaje a aquella época, ni una parodia de la misma, se queda a medio camino de todo eso y se convierte en nada.
Las varias historias que narra están bastante mal hilvanadas entre sí y alguna de ellas toma derroteros que no pegan muy bien, en tanto otras dan la impresión de estar desaprovechadas.
Notable la actuación de Tom Cruise dentro de las posibilidades que le ofrece el guión; bien Catherine Zeta-Jones en su papel de esposa del alcalde y ex-groupie del ídolo musical y los demás, pues hacen lo que pueden, aunque a veces puedan poco.
Números musicales bastante pobres y lo mejor de todo, lo que he dicho al principio, las canciones tomadas de grupos de la época.
Una especie de ¡Mamma mía! del rock de aquellos años, con algunos temas míticos de los 80.
El film apenas transmite emoción y se queda en un viaje de nostalgia cursi.
He leído críticas de ella y coinciden contigo, la historia un poco floja. Destacan la música y la actuación de Tom Cruise y Catherine Zeta Jones.
ResponderEliminarEstá vez me quedo con la música.
Un saludo.
Es lo mejor del film y, para los más acérrimos, ni eso, pues te dirán que hay exceso de baladas.
EliminarVamos, que es totalmente prescidible. Me gusta este blog porque no sólo habla de lo que hay que ver o leer sino también de lo que hay que evitar. Se agradece.
ResponderEliminarEso si te fías del que escribe (osease, el menda), así que yo te agradezco a ti lo que considero un halago.
EliminarYo creo que de lo poco que se salva es la música.
ResponderEliminarSaludos Trecce.
De acuerdo.
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