miércoles, 14 de noviembre de 2012

FIEBRE DEL SÁBADO NOCHE

Tony Manero (John Travolta) es un joven de Brooklyn (New York city) que trabaja en una tienda de pinturas y uno de cuyos alicientes en la vida es disfrutar las noches de los sábados en la discoteca donde, además de bailar, poniendo en práctica una de sus grandes aficiones, se siente como una persona reconocida.
Allí es el rey de la pista, las chicas le adoran y sus amigos se sienten orgullosos de él, dispuestos a seguirle donde les lleve.
La vida del joven, sin embargo, no está exenta de conflictos, en casa de su familia las noches van de pelea en pelea, con su madre quien parece solo enorgullecerse de su otro hijo, y su padre un tipo desempleado que se pasa los días en plan gruñón.
Los sueños de Tony siempre giran en torno al baile, disfrutando como ninguno cuando está en la pista, una noche conoce a Stephanie (Karen Lynn Gorney) por quien se siente cautivado por su habilidad para bailar, viendo en ella la mejor pareja que podría tener para el esperado concurso de baile.


Con una dirección desigual, que da la impresión de que, en ocasiones, acaba las escenas de cualquier manera, algo que se nota también en las coreografías.


Actuaciones a las que parece que también les falta algo de chispa, quedándose todos a la sombra de Travolta, alrededor de cuya figura gira todo el film y que con su presencia parece llenarlo todo, incluso los vacios que el resto del film nos deja.


La película está concebida como algo más que un simple musical, sin embargo esa parte de estudio psicosocial de la juventud de la época y de la sociedad que les rodea, tampoco profundiza demasiado, pasando por algunos asuntos como sin pena ni gloria.


Así los problemas y discusiones que plantea, las drogas, el aborto, el paro, las diferencias generacionales, los conflictos raciales..., quedan apenas esbozados algunos de ellos y otros tratados de manera liviana.


Al final las sensaciones que nos quedan son las de estar ante un film con una banda sonora archifamosa (las canciones de los Bee Gees, perduran a lo largo de los años), una actuación del protagonista en su línea, encarnando al presumido chuleta que se nos torna encantador por la sencillez y honestidad que demuestra. Un clásico (con salvedades), con unas canciones muy pegadizas, algunos bailes que no están mal y un planteamiento de los dramas y frustaciones juveniles que se queda a medio camino, con el carisma de John Travolta que, este sí, además de sus dotes para el baile, logra una convincente actuación dramática.




10 comentarios:

  1. Bueno sin ser una gran película, yo creo que dejó huella al menos para los jóvenes de aquella época entre los cuales me incluyo. Yo creo que el éxito del film fue debido a que por entonces las salas de baile y las discotecas estaban en pleno auge, y muchos de aquellos jóvenes se veían identificados con el papel de chuleta que interpreta Travolta. Recuerdo que cuando se estrenó al menos aquí en Valencia las colas en los cines eran monumentales. Yo ya no sé ni las veces que la he visto. Hace precisamente un par de semanas la volvieron a reponer, lo que no recuerdo en que canal de televisión.

    Saludos Trecce.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Colas en las taquillas y muchas semanas en cartel. Realmente fue todo un éxito en su momento.

      Eliminar
  2. La estética me horroriza pero la música me gusta mucho, aunque aún más la de Grease.

    ResponderEliminar
  3. Uau! Ahí m'has dao!
    Aún la bailo cada vez que la oigo!
    A mí me pilló muy tienna y el Travolta..., dejó huella. (De la historia recuerdo poco)
    Puede ser que no sepais que en la banda sonora también intervino El Fary. Por si suena raro ved:
    http://youtu.be/9BUs4HwPk98
    Un abrazote.

    ResponderEliminar
  4. Cumplió con la máxima; cada generación debe tener su musical. Quedo para siempre aquello "¡ quieto, Travolta !", una moda que nos hace sonreir años después, como todas las modas. Pero amigos, algunos eramos muchísimo más jóvenes.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Y tanto que éramos más jóvenes, Manuel. A pesar de ello esta peli nunca fue santo de mi devoción y quizá la disfruto más ahora que entonces porque su estética hortera hoy me hace gracia y entonces ni pizca.

      Eliminar
  5. El paso del tiempo no la ha tratado bien.
    Sólo queda como salvable la magnífica banda sonora de los Bee Gees.
    Aquella estética hortera/discotequera tiene su punto nostálgico,kitsch,sobre todo para quienes vivimos esa época y vemos lo que hemos cambiado desde entonces...

    Saludos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. E incluso, si me apuras, la banda sonora es desigual, lo que ocurre es que un par de canciones, tres como mucho, han logrado hacerse un hueco entre los clásicos de la música disco.

      Eliminar