Corre el año 1964 en Londres y Jimmy (Phil Daniels) pertenece a una banda de Mods, jóvenes impecables que se mueven en sus scooters italianas Vespa o Lambretta. Sus disputas con los rockers -que visten de cuero y llevan grandes motocicletas-, son continuas.
Harto de sus padres y de un trabajo sin futuro en una empresa de publicidad, Jimmy solo encuentra una vía de escape a sus problemas junto a sus amigos de la banda: Dave (Mark Wingett), Chalky (Philip Davis) y Spider (Gary Shail). A esto hay que sumar que uno de los supuestos rivales rockers es su viejo amigo de la infancia, Kevin (Ray Winstone). Un puente de tres días proporciona la excusa a ambos bandos para librar una violenta batalla en la ciudad costera de Brighton.
Antes de la llegada del fenómeno hippie, en algunos lugares, sobre todo del sur de Gran Bretaña, se generalizó este tipo de cultura juvenil, con un punto de narcisismo alimentado con anfetaminas y su odio a los llamados rockers. Por cierto que quiero agradecer a Jon Nieve que me ilustrara con algunos datos sobre el movimiento mod.
La película tiene dos atractivos principales. Uno de ellos es la banda sonora, independientemente de gustos, lo que está claro es que The Who es una referencia en la música que podríamos llamar moderna y el film no es sino la puesta en imágenes del trabajo que el grupo publicó unos años antes.
El otro es el valor de documento. El film en muchos momentos es una especie de documental, aunque es cierto que habla de otras cosas y no sólo del enfrentamiento entre mods y rockers, sino de la eterna rebeldía de la juventud ante la realidad social que le toca vivir, su inconformismo y también los problemas que plantea ese contrapunto obligado a la independencia que uno reclama, como es la obligación de tener que tomar decisiones.
Para los coleccionistas de anécdotas, en este film podemos ver a un joven Sting en el papel de Ace Face, que coindice en el furgón policial con el protagonista cuando ambos son detenidos.
Aquellos chicos de la gabardina verde, hoy, ya lejos de sus años juveniles, cuando surge el tema, todavía dicen, con un deje de orgullo cargado de nostalgia, aquello de "yo estuve en Brighton".
Aunque otros tiempos y otra época, creo que este film que como dices más bien en parte es un documental, es un reflejo de lo que estamos viviendo ahora y lo que nos queda por pasar.
ResponderEliminarSaludos Trecce.
Cambian los envoltorios, pero la historia, muchas veces, se repite.
EliminarLo poco que te conté de los mods está sacado de wikipedia, asi que no tengo mérito ninguno.
ResponderEliminarDe todas formas, de nada Trecce.
De donde lo sacaras es lo de menos, lo importante es que te tomaste la molestia de hacerlo.
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