domingo, 4 de marzo de 2012

EL PADRINO II

El Padrino II retoma la historia de la familia Corleone en el punto al cual había llegado la primera parte. Al tiempo que narra el ascenso de Michael en el mundo del crimen durante los años 50, reconstruye los primeros años de su padre, Vito Corleone, desde que escapa, aún niño, de la violenta Sicilia hasta que comienza a dar sus primeros pasos como líder mafioso en Nueva York, en las primeras décadas del siglo XX.
Ambas historias se entremezclan a lo largo del metraje y mediante largos flashbacks, el guión introduce escenas que nos acercan la historia del joven Vito. Sin duda esta manera de narrar, debió suponer un complicado y laboriosos trabajo de montaje resuelto notablemente por Coppola.

Disión de opiniones en los gustos y unanimidad en los calificativos. Así podríamos resumir la comparación entre estos dos primeros filmes de la saga.
Y es que crítica y público coinciden en que estamos ante dos de los mejores trabajos de la historia del cine y también coinciden a la hora de repartir sus gustos sobre cuál de ambas les parece superior, para unos, la primera, para otros, esta.
Coppola ya no era aquí un director desconocido, el éxito de su anterior entrega le dio la posibilidad de trabajar más libremente y yo creo que eso se nota, a mí esta segunda parte me parece mucho más moderna en cuanto a conceptos y formas que la anterior. De cualquier manera, son dos grandes films, siempre hay que partir de esa base y de que esta es la excepción a lo que suele ocurrir con las segundas partes, porque resulta sublime.

El casting vuelve a ser determinante y todos y cada uno de los actores (Al Pacino, Robert Duvall, Diane Keaton, John Cazale, Talia Shire...) dan lo mejor de lo que son capaces. Algunos de ellos en grado superior al del film anterior, pues sus papeles cobran mayor protagonismo y complejidad, sin ir más lejos, Cazale está fenomenal (lástima que se nos fuera tan temprano), pero sin duda, el gran descubrimiento es el de Robert de Niro, con esa escena mítica, casi como una coreografía, cuando sigue los pasos de don Fanucci desde los tejados, para acabar disparándole en el portal de su domicilio con la pistola envuelta en una tela que se acaba incendiando y haciendo desaparecer los restos del arma por las chimeneas...

Uno de los grandes aciertos de la película es la mezclar las dos historias que narra y, por supuesto, saber mezclarlas tan bien, el trabajo de montaje del realizador es portentoso.

El resto, lo que acaba de dar a la película la categoría que sigue manteniendo, es el equipo que estaba ya en el primer film y que aquí vuelve a recrearse en la brillantez: El guión del propio Coppola y del autor de la novela, Mario Puzo; la música maravillosa de Nino Rota; la fotografía magnífica de Gordon Willis; la ambientación...
6 oscar que incluyeron el de mejor película, mejor director y mejor actor de reparto para De Niro hicieron justicia en esta ocasión, pero el mejor premio es la consideración que hoy sigue teniendo entre los espectadores en general y los aficionados en particular.



8 comentarios:

  1. Fresco magnífico. Hay mucho cine tanto en la puesta en escena, narrativa, guión. Coppola es seducido por el maestro Visconti. De él se nutre. Nadie, en su sano juicio cinéfilo, puede justificar el no haber visto a estas alturas ésta y las "otras" joyas (anterior y posterior) que referencia Trecce.

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  2. toda una Summa artística; muy buena reseña, Trecce
    saludos blogueros

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  3. Bueno que comentar de estas películas, si toda la saga es buenísima.

    Saludos Trecce.

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  4. Es la eterna discusión con mi "santo", que mantiene que esta es la mejor de la trilogia, y yo que me aferro a la primera y a ese Brando inconmensurable,magistral.

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    1. Lo que consiguió Coppola con esta fue romper el techo. Independientemente de gustos, lograr que una segunda parte de un film haga discutir a los aficionados cuál de las dos es mejor, es algo grandioso.

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