miércoles, 29 de diciembre de 2010

EL CREPÚSCULO DE LOS DIOSES

Hacer comentarios de películas como esta para alguien que no sabe de cine, es una especie de sacrilegio, da un poco de pudor, no debería pasar de los adjetivos usuales: "Maravillosa", "obra maestra"... Porque lo demás puede llevarte a decir cosas que no debes o a caer en tópicos que no reflejen de verdad lo que supone un film como este en la historia del séptimo arte.
Pero como sé que esto no lo lee mucha gente y los pocos que me honran con sus visitas son benévolos, pues voy a decir cuatro cosillas, al menos para desahogarme y compartir con alguien la sensación que te queda después de haber tenido el inmenso privilegio de ver "Sunset Boulevard".
Este es el último trabajo del tándem Brackett-Wilder y a fe mía que no pudieron tener despedida más majestuosa en lo que a sus trabajos conjuntos se refiere.


Yo no sé de quién dependerían las decisiones últimas, pero el primer acierto es la elección de los actores. Todos están sublimes, incluso los grandes (Keaton y compañía) que tienen papeles de meros figurantes, se amoldan a la perfección a lo que de ellos se espera que representen.
Desde luego los protagonistas, los primeros, William Holden; sensacional Gloria Swanson, todo en acierto poner a quien fue una estrella del cine mudo a representar un papel que debía conocer a la perfección, con esos gestos exagerados que contribuyen a transmitir la sensación de enajenación; Erich von Stroheim y, aunque normalmente no se habla mucho de ella, yo incluyo entre los protas a Nancy Olson, cuyo papel también da muy bien el tipo angelical, joven, de persona que está al margen de ese mundo decadente que se retrata y que supone la antítesis, al contrapeso de la historia central, oponiendo su carácter virginal al egoísmo que destilan los demás.


La historia se aparta de aquello a que nos tiene acostumbrados Wilder en la mayoría de sus películas, aquí sus geniales gotas de humor, quedan aparcadas y si alguna vez aparecen, es un humor ácido, que da lástima y tan sutil, que puede pasar desapercibido, como cuando el micrófono golpea la cabeza de la Swanson en el plató, en alusión más que evidente a lo que la llegada del sonido ha supuesto para ella.


La historia paralela de la pareja Holden-Olson, está poco desarrollada, pero yo creo que es a propósito, lo mismo que la de Von Stroheim con respecto a su antigua esposa, porque ambas, igual que otras pequeñas historias de la peli, son o contrapunto o complemento de lo que de verdad se nos cuenta: La soledad, la caída desde la cima, la inadaptación al cambio de estatus o al paso de los años.
Algo que se aplica al mundo del cine, pero que podría extrapolarse a tantas otras facetas de la vida, de la nuestra o de la de otras gentes. Políticos que no abandonan el sillón; jefes o jefecillos de cualquier empresa que cuando se jubilan se maravillan de que aquello siga funcionando sin ellos que se creían imprescindibles...
Todo un retrato de este mundo nuestro, donde la belleza, el éxito, el puesto que ocupas, te da poder y cuando pierdes eso, hay gente que no lo supera nunca. De ahí la grandeza de quienes saben aceptar el paso de los años o el cambio de estatus con normalidad y comienzan una nueva etapa de su vida con alegría y sabiendo buscar nuevas metas desde su nueva posición.


Hay un montón de planos míticos: El tango en el salón; las escenas del plató; el maravilloso contrapicado del cadaver en la piscina...
Lo mismo pasa con los diálogos, con unas cuantas frases lapidarias, así que no voy a destacar nada en particular, sólo me tomaré la licencia de recomendar la peli a quien quiera ver cine del bueno, hablando de sí mismo, de sus miserias, sí, pero así es la vida.




6 comentarios:

  1. No he visto esa película, pero por lo que dices, procuraré hacerme con ella.
    Un abrazo

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  2. Muchos, entendidos o simples aficionados, no dudarían a la hora de colocar esta peli entre las mejores de todos los tiempos.

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  3. Creo que ya la frase de "Alguien que hable de esto sin saber de cine" ya se pasa de modestia ¿eh?

    porque si tú no sabes de cine, yo ya me puedo ir retirando...

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  4. No pienso discutir contigo.
    Pero insisto: No tengo mucha idea. Tú sabes bastante más.
    Y ahora esto va a parecer aquello de "A ver quien la tiene más grande", pero al revés, como el contrapicado de la piscina.

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  5. jaja, no es discutir... pero hay muchas formas de ver el cine, y como espectador, tú me ganas de goleada, yo puede que sepa más de formas de hacerlo, pero para criticar, que es lo que por ahora está al alcance de nuestras manos, tu eres más representativo que yo. A ver cuanto tiempo tiene que pasar para que haya visto tantos clásicos como tú

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  6. ¡Ay, Dios! Esta juventud es persistente.

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