domingo, 12 de diciembre de 2010

EL MAYOR Y LA MENOR

Si hay algún maestro en eso que se ha llamado el cine de entretenimiento, ese es Wilder, no me cabe duda.
Sin embargo, como tanta gente reconoce, ese entretenimiento va acompañado de un estilo, un nivel, un saber hacer que hace que sus filmes sean algo más que una simple peli para pasar el rato.
Las imagenes siempre envuelven un guión trabajado, con diálogos maravillosos, de esos que cuando acaba el film hacen que vuelvan a nuestra memoria frases y citas dignas de cualquier antología del cine.
Esta peli tiene una trama bien sencilla, su principal objetivo es entretener, divertir a las tropas y al resto del público estadounidense, que se apresta para intervenir en una guerra. La obsesión del protagonista para ser declarado apto para el servicio de armas y su deseo de ser destinado a algún lugar en Europa o en el Pacífico, no dejan de ser pura y dura propaganda que eleve el espíritu de quienes se espera se alisten para servir a su país.



Es la primera película que Billy Wilder dirige en EE.UU., que ya había rodado en Francia Curvas_peligrosas y a pesar de que la historia pueda resultar un tanto infantil, ya presenta algunas cosas de las que serán constantes en sus films y nos deja más que entrever que estamos ante un gran realizador.


Está protagonizada por Ginger Rogers y Ray Milland, ella haciendo un papel de esos que se desdoblan en dos, pues durante buena parte de la peli, ha de hacerse pasar por una niña de doce años, algo que vista hoy, mueve un tanto a risa, porque no cuela ni con calzador, pero en aquel entonces, no debían importar tanto estas licencias. Se nos dice que en tal o cual momento ella aparenta 12 años y con eso vale, hemos de hacer abstracción de lo forzado de la situación, sin más.


Todo este asunto es lo que mueve a los mayores equívocos de la película, que a su vez nos llevan a situaciones que nos transportan de la sonrisa a la risa franca y abierta.


Sin embargo, bajo esta apariencia inocente, Wilder, como hace en tantos y tantos de sus films, lanza sus cargas de profundidad. Toda la escena de presentación de la protagonista, es una crítica mordaz contra la situación laboral de la mujer, Ginger Rogers, nos habla de los veintitantos trabajos que ha tenido, de la pasta que ha debido pagar de su bolsillo para cursos de capacitación y de que los ha ido abandonando todos, no porque no le reporten dinero o porque no valga para ello, sino porque los hombres buscan más sus favores que sus aptitudes profesionales. Es más, pasan de estas y sólo ven en ella una mujer de la que pretenden "otras cosas".


La mayor parte de la peli se desarrolla en una academia militar y aparte de la historia central, se nos cuentan esos problemillas típicos de los adolescentes, en el mismo tono divertido.
Magistral el tratamiento que se da a la relación entre el militar y la supuesta jovencita, algo que podría haber supuesto todos los problemas del mundo con la censura y que Wilder sortea dejando a nuestra imaginación que pensemos lo que queramos, sugiriendo todo sin decir nada explícitamente.


Evidentemente no estamos ante una de las grandes pelis de Wilder y, sin embargo, ya le tenemos aquí.
Entretenimiento, buen humor, inteligencia y brillantez.
Tan sólo eso, ni más ni menos que eso.





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