domingo, 20 de junio de 2010

SUSPENSE

Aunque Alfred Hitchcock no inventó el suspense, nadie supo manejarlo con mayor habilidad. Para explicarlo puso un ejemplo, muy clarificador, que aparece en el libro en el que se reflejan sus conversaciones con François Truffaut:
"Nosotros estamos hablando, acaso hay una bomba debajo de la mesa y nuestra conversación es muy anodina; no sucede nada especial y de repente: bum, explosión. El público queda sorprendido, pero antes de estarlo se le ha mostrado una escena anodina, desprovista de interés. Examinemos ahora el suspense. La bomba está debajo de la mesa y el público lo sabe, probablemente porque ha visto que un anarquista la ponía. El público sabe que la bomba estallará a la una y es la una menos cuarto (hay un reloj en el decorado); la misma conversación anodina se vuelve de repente muy interesante porque el público participa de la escena. Tiene ganas de decir a los personajes que están en la pantalla: No deberías contar cosas tan banales; hay una bomba debajo de la mesa y pronto va a estallar. En el primer caso se le ha ofrecido al público quince segundos de sorpresa en el momento de la explosión. En el segundo caso le hemos ofrecido quince minutos de suspense."

4 comentarios:

  1. De esas conversaciones con Truffaut se sacan muchísimas lecciones de cine. Y que conste que Truffaut era por aquel entonces un teórico. Un saludo

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  2. El libro es una joya y da para escribir otro libro (o más) comentándolo.

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  3. Libro de cabecera. Lo habré leído y reléido cientos de veces. Sigue con el ejemplo hablando de la peli Sabotaje, de la escena del niño en el autobús, con el paquete bomba que va a estallar. Suspense del bueno!

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  4. Y seguro que en cada lectura encuentras algo nuevo.

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