sábado, 9 de enero de 2016

LA SAGA DE LOS RÍUS

En noviembre de 1977, TVE emitió un programa de presentación de la que iba a ser una ambiciosa serie de trece capítulos (el DVD que se puede encontrar ahora es una refundición que los ha reducido a 10 sin perder prácticamente nada de la versión original) titulada "La saga de los Ríus", basada en tres novelas del escritor catalán Ignacio Agustí, que formaban parte de una pentalogía, "La ceniza fue árbol", que tardó en completar treinta años.
Los guiones, de Juan Felipe Vila San Juan, toman como base las tres primeras novelas del ciclo: "Mariona Rebull", "El viudo Ríus" y "Desiderio", abarcando un periodo que va desde 1880 a 1916. En ellas se narran los inicios de la empresa textil Joaquín Ríus; los amores de su hijo, también llamado Joaquín (Fernando Guillén), con Mariona Rebull (Maribel Martín); la muerte de esta en un atentado que tuvo lugar en el barcelonés Teatro del Liceo; la lucha de Joaquín por mantener a flote la empresa familiar con la difícil situación creada por la pérdida de las colonias, los levantamientos sociales en la Barcelona de principios del siglo XX y algunos apuntes sobre la vida del heredero de la empresa, el joven Desiderio Ríus (Emilio Gutiérrez Caba), sus devaneos amorosos y el matrimonio final con otra miembro de la sociedad acomodada barcelonesa, la joven Crista Fernández Torra (Victoria Vera).
La serie podemos dividirla en tres partes que se corresponden, a grandes rasgos, con las tres novelas en que se basa. La primera, es una historia romántica, los amores de Joaquín y Mariona y el final trágico de esta en el atentado anarquista del Liceo. La segunda, la lucha de Joaquín Ríus por mantener y aumentar la capacidad de la empresa textil y los enfrentamientos sociales que se vivieron con los primeros movimientos obreros en los albores del siglo XX. Por último, entra en escena el joven Desiderio, hijo de Joaquín y Mariona, un chico que se ha encontrado todo hecho y que no está demasiado preocupado por la empresa familiar, prefiriendo dedicar su tiempo al juego, las pasiones amorosas y la equitación, aunque al final entrará por el aro y se casará con una joven de su misma clase social.
Ignacio Agustí, el autor de las novelas, un hombre que había sido militante de la Lliga Regionalista de Cambó, hubo de huir de Barcelona con el estallido de la Guerra Civil, ante la certeza de que su vida corría peligro, como la de tantos otros regionalistas no separatistas que estaban señalados por los partidos del Frente Popular, con Esquerra a la cabeza. A través de Portugal, entró en la llamada Zona Nacional, instalándose en Burgos, junto a otros intelectuales que formaron el llamado grupo catalán. Se afilió a Falange en 1937, aunque nunca le fue mucho la parafernalia de sus camaradas, con los que tuvo algún enfrentamiento, sobre todo durante la II Guerra Mundial, ya que Agustí era abiertamente pro-británico.
Partidario de una Cataluña muy catalana y muy española, había escrito siempre en catalán, pero las obras a que nos referimos, fueron escritas en castellano y, principalmente "Mariona Rebull", fue todo un éxito de ventas, el personaje se hizo archifamoso en la España del momento, hasta el punto de que mucha gente llegó a tener la certeza de que había existido realmente y que había muerto a consecuencia de la bomba que el anarquista Santiago Salvador Franch hizo estallar el 7 de noviembre de 1893, en la apertura de la temporada de invierno del Gran Teatro del Liceo de Barcelona.
La serie, que contaba con actores muy conocidos de la escena española (algunos lo serían con el tiempo) como Fernando Guillén, Maribel Martín, José María Caffarel, Emilio Gutiérrez Caba, Victoria Vera, Mari Carmen Prendes, Ramiro Oliveros, Ágata Lys, Rafael Anglada, Montserrat Carulla, Teresa Gimpera, Enric Arredondo, Alejandro Ulloa o Montserrat García Sagués, había comenzado a gestarse en 1973, pero como pasa con estos proyectos en más de una ocasión, fue pasando de un cajón a otro de los directivos de TVE, hasta que en el verano de 1975, comenzó el rodaje, que duraría casi un año, en el que se invirtieron unos 5 millones de pesetas por episodio, con decorados de plató en los estudios Miramar de Barcelona, los antiguos telares de las sederías Balcells de Manresa, la fábrica Godoy-Trías de L'Hospitalet y exteriores localizados en las provincias de Madrid, Barcelona, Sevilla y Granada.
Magníficamente ambientada, con un inusitado despliegue de coches de caballos y automóviles de época y un espléndido vestuario, la música fue encargada a Augusto Algueró, no es nada del otro mundo, salvo el leivmotiv que incluye aires de sardana.
Los títulos de crédito se presentaban sobre unas estupendas acuarelas de Sergio Bigas, que reproducen estampas de lugares emblemáticos y situaciones cotidianas de la Barcelona de la época.
La serie fue dirigida por un clásico de televisión, Pedro Amalio López, y supone un trabajo de gran calidad que retrata, con realismo y un toque viscontiano, un periodo emblemático de la historia reciente de Cataluña desde el punto de vista de la sociedad burguesa acomodada.



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