miércoles, 14 de octubre de 2015

EL HOMBRE QUE SE QUISO MATAR

Federico Solá (Tony Leblanc), modesto profesor de latín en un colegio privado de Segovia, se desplaza todos los días desde Madrid a la ciudad del acueducto, lo hace en tren, ya que sus posibilidades económicas son bastante limitadas, circunstancia que le impide contraer matrimonio con la que es su novia desde hace siete años. Ella le urge para que pida un aumento de sueldo, pero cuando plantea la demanda ante el director del colegio, este le sale con evasivas, dándole a entender que, de ningún modo está dispuesto a aumentar su salario.
La novia, le abandona por otro y, por si fuera poco, en el colegio le anuncian que como las horas de latín son pocas, van a prescindir de sus servicios y va a dar las clases el propio director.
Federico se siente fracasado, ve que nadie aprecia sus cualidades, su bondad y su espíritu sensible y toma la decisión de poner fin a sus días en este valle de lágrimas, pero pronto se va a dar cuenta de que la cosa no resulta tan fácil como suponía.
La película es un remake de otra que hizo el propio Rafael Gil en 1943, con Antonio Casal como protagonista y que fue el debut como realizador de Gil (antes había hecho unos cuantos documentales).
La nueva versión no mejora la anterior, simplemente pone al día algunas cosas, trasladándolas a la España de 1970, desde el arranque, con la inclusión de unas imágenes de la llegada del hombre a la Luna (apenas un año antes), hasta la propia ambientación.


La obra de Fernández Flórez ha sido ampliamente llevada al cine desde muy pronto, hasta fechas relativamente recientes (recordemos "El bosque animado", por ejemplo) y aunque era un hombre de derechas, su forma de pensar era bastante dispar con esa etiqueta. En sus novelas y relatos, sus personajes están marcados por la conciencia de la derrota, proyectando una visión pesimista y melancólica de la vida, algo que ni el propio film logra enmascarar aún tratando de edulcorarlo, a veces con una actuación algo histriónica de Tony Leblanc.
El reparto cuenta con un buen número de profesionales de renombre en el cine español (Garisa, Alfonso del Real, Elisa Ramírez, Emma Cohen, Aurora Redondo, Rafael Alonso...) y una fotografía con algunas buenas tomas de Segovia.
Entretenida, con ese humor un poco cruel de Fernández Flórez, pero sin que sea una gran película.





4 comentarios:

  1. Me gustó, me gustó, pasas un buen rato. El actor Antonio Garisa me pareció siempre muy buenos papeles los de este hombre, les venía como anillo al dedo y muy en su linea. Por aquellos años, protagonizó muchas películas.

    Abrazo Trecce.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Es cierto, Garisa era un habitual en las comedias del momento.

      Eliminar
  2. Pues si llega a ver cómo está la enseñanza del latín hoy en día, hacer descarrilar el tren.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Es una de las cosas que critica el film, pero en efecto, la cosa ha ido a peor.

      Eliminar