lunes, 24 de diciembre de 2012

DIRTY DANCING

Frances Houseman (Jennifer Grey) a quien todos apodan "Baby", es una jovencita que se dispone a pasar sus vacaciones en un complejo veraniego para familias, junto con sus padres y su hermana.
Para huir de la monotonía del ambiente, que se supone que los dueños del negocio tratan de romper con actividades organizadas, seminarios, juegos y clases varias, "Baby" se cuela en la zona donde viven los empleados. Allí descubre un mundo diferente, en el que estos se liberan de su actividad diaria a través de fiestas y bailes desenfrenados. En uno de esos escarceos, la joven se siente atraída por Johnny Castle (Patrick Swayze), el profesor de baile y se las ingenia, aprovechando una serie de acontecimientos, para acercarse cada vez más a quien será su primer amor.
 
 
Los mundos de "Baby" y Johnny son muy diferentes, su estatus social les separa y ella está segura de que sus padres no verán con buenos ojos esa relación, así que procuran mantener en secreto sus amoríos.

 
El tema no es nuevo y el cine ha tratado hasta la saciedad el amor de pareja en sus más diferentes versiones y con todas las variantes habidas y por haber, a pesar de lo cual, sigue siendo un tema atractivo para el público y el secreto está en dar con la tecla que le de un enfoque diferente, de lo contrario estaremos ante una peli más.

 
Cinematográficamente la película es bastante mediocre. Un típico producto de serie B, que además responde a los cánones del género, pues se rodó con un presupuesto muy bajo y sus productores no soñaban, ni de lejos, con la repercusión mediática y de taquilla que el film iba a tener. Sin apenas soporte publicitario y con unas primeras proyecciones desastrosas, se pensó comercializarla directamente en vídeo. Pero eso que llamamos el boca a boca comenzó a funcionar y la tortilla dio la vuelta por si sola.

 
¿Por qué un film que a muchos les parecerá incluso aburrido puede llegar a levantar pasiones? El fenómeno ha sido analizado, por supuesto, y conclusiones hay para todos los gustos, pero yo creo que básicamente se debe a una conjunción de factores, con unos números musicales que están bastante bien, son lo mejor de la cinta y en buena parte se debe al montaje del film.

 
Pero hay otros dos factores que cuentan mucho, por un lado un Patrick Swayze que llena la pantalla, ese macarra que parece peligroso pero que tiene buen corazón y si es guapo a rabiar, sexy y está cachas como estaba él a sus 35 años, tenemos el cóctel perfecto para que millones de adolescente (y no tan adolescentes) de todo el mundo quedaran encandiladas y soñando con irse de vacaciones a un lugar igual de aburrido con la esperanza de encontrárselo.

 
Si además la chica da el perfil de persona normal, un poco patito feo (como se ven a sí mismas tantas chicas a esa edad), se convierte en una historia perfecta para ver representado en pantalla el sueño que muchas tienen de cómo podría ser su primer amor, su primer sexo y el ambiente soñado para perder el miedo a dar el gran salto a la vida.

 
La guionista, Eleanor Bergstein, plasmó en el papel muchos recuerdos de su propia infancia y juventud para dar forma al argumento del film. Un guión que construye una historia que a mí se me antoja mal cimentada, sin profundizar en asuntos que quedan escasamente explotados (el aborto, el enfretamiento generacional, las diferencias sociales, la llamada de lo prohibido representado por esos bailes "sucios" que dan título al film...) y lo conduce todo hacia un final que pretende ser espectacular, pero que se queda en un salto, el que da la protoganista para que la sujete su amado en su postrer baile.

 
A mí, particularmente, lo que más me gusta es el inicio de la peli, con The Ronettes cantando "Be My Baby", mientras desfilan los títulos de crédito. Quién les iba a decir a Nadra Talley y las hermanas Verónica y Estelle Bennett que la canción que compusiera Phil Spector y que ellas interpretaban se iba a poner de moda veinte años después.
El film consiguió un Oscar a la mejor canción por la inolvidable "(I've Had) The Time of My Life"

 
Con una legión de seguidoras (y seguidores) que no atienden a razones cinematográficas, sino que le dedican un amor casi irracional llevados por melancolicos recuerdos de juventud. Y eso es lo mejor del cine, que es un sueño, hasta cuando alumbra cuasichorradas como esta.

 
 
 

2 comentarios:

  1. A mi me gustó; que por cierto el pobre Patrick no se ha hecho muy viejo.

    Saludos Trecce.

    ResponderEliminar