sábado, 6 de agosto de 2011

PLATOON

Platoon es, para casi todos, la mejor película de Oliver Stone y formaría parte de cualquier ciclo sobre la Guerra de Vietnam. El debate entre los aficionados es si se trata de la mejor peli sobre el conflicto o solamente una de las tres mejores, eso da idea del nivel que consiguió Stone con su historia.
Entrar ahora en los pormenores de lo que supuso este film, de las dificultades mayúsculas para conseguir llevarlo a la pantalla, las vicisitudes del rodaje, etc., sería hablar de cosas archisabidas, pues de ellas puede cualquiera encontrar información a raudales.
Pero sí deseo dejar testimonio de mi agradecimiento a su director por la constancia que demostró a la hora de llevar su proyecto a la práctica.
Oliver Stone, sirvió como soldado en Vietnam y cuando vio el panfleto que había hecho John Wayne con Boinas verdes, se molestó bastante y escribió el guión de esta historia y se lo envió a Jim Morrison, el cantante de The Doors. Aquí empezó la peripecia de esta peli que a punto ha estado de no llegar jamás a hacerse realidad, porque Morrison murió. Pero Stone persistió en su idea y remitió el guión a la Columbia, que no se atrevió a hacer nada con él, tenían miedo de las posibles repercusiones, estamos en 1976 y todo estaba muy reciente y las heridas aún supuraban; eso sí, a Stone le sirvió para que le contraran como guionista.
Cuando Stone volvió a la carga con su guión, la tortilla se había dado la vuelta y tras los estrenos y consiguientes éxitos de El cazador y Apocalypse Now, los ejecutivos de Columbia pensaban que el tema ya estaba muy trillado. Al final, consiguió el dinero y a punto estuvo de que la desdicha se cebara definitivamente con él, pues su llegada a la isla de Luzón (Filipinas), donde iba a transcurrir el rodaje, coincidió con el derrocamiento del presidente Marcos. Por fortuna para todos, el destino decidió que ya le había jugado sufientes malas pasadas y el rodaje no se vio afectado por esta contingencia.

Sin la plasticidad de Apocalypse Now, sin la carga emocional, sobre las consecuencias en las personas de El Cazador, sin embargo, Platoon nos lega otros valores en los que estas otras dos grandes obras sobre la misma temática, no profundizaron tanto. El día a día de la patrulla, los tuneles del Viet minh, las disputas entre los propios compañeros, las primeras imágenes sobre los crímenes (no excesos, sino auténticos crímenes) que perpetraron los norteamericanos, el miedo..., eso está magníficamente contado en Platoon.

El ritmo es trepidante y desde el primer fotograma, sin concesiones a la galeria, ni presentaciones: Llegada de los nuevos reclutas y ya ven que el vuelo de regreso del avión que los ha llevado hasta allí, será aprovechado para repatriar cadáveres. Bienvenidos a Vietnam, gilipollas.
A pesar de la presencia de Charlie Sheen, que da muy bien la imagen de niño bien que ha ido a luchar por su patria por propia iniciativa y que es el alter ego de Stone en la peli; a pesar de la presencia (gratificante), de actores que no eran nadie, pero llegaron a serlo después (Kevin Dillon, Forest Whitaker, Johnny Depp...); la pantalla se la meriendan dos tipos y dos personajes, los sagentos Elias y Barnes (inmensos Willem Dafoe y Tom Berenger), dos maneras de entender aquella guerra, los dos valientes, pero uno traspasando los límites y el otro sometido a ellos, es evidente que sus historias conforman lo mejor del film.

Una gran película, a la que acompaña una acertada banda sonora, sobre todo cuanto suena el Adagio para cuerdas (Adagio for strings), en realidad, un arreglo para orquesta del 2º movimiento del cuarteto para cuerdas nº 1, Opus 11, de Samuel Barber. Una de las músicas más tristes del mundo y que hace que se te ponga la piel de gallina, todo un acierto.
Hemos dado tantas patadas y a tanta gente, que ahora nos toca recibirlas (Sargento Elías, interpretado por Willem Dafoe).



No hay comentarios:

Publicar un comentario