martes, 30 de agosto de 2011

ENEMIGO A LAS PUERTAS

En 1942, el desarrollo de la II Guerra Mundial, toma un sesgo que va a resultar definitivo como se demostró posteriormente.
Las tropas alemanas que, hasta ese momento, habían avanzado de manera imparable allá donde pusieron el punto de mira (excepto en las Islas Británicas), se encuentran embarcadas en una operación que supondrá el inicio de la derrota: La invasión de Rusia.
Una vez roto el acuerdo Ribbentrop-Molotov debido al comienzo de la llamada Operación Barbarroja, Alemania pone en marcha su rodillo bélico y se adentra en territorio soviético, hasta llegar a las puertas de Stalingrado, a orillas del Volga, ciudad que algunos generales germanos proponían pasar de largo, una vez reducida a escombros por los bombardeos. Pero Stalin y Hitler hicieron bandera de la urbe a la que consideraban un símbolo y se empeñaron en una batalla, la más sangrienta del conflicto, de la que el mundo estuvo pendiente, sabiendo lo que en ella se jugaba, algo más que una simple victoria parcial.

Un film bélico que no se ajusta al esquema clásico, por así decirlo, sino que busca el desarrollo de una historia particular sin renunciar al entorno.

Un gran comienzo, que refleja el caos que debió ser para las tropas rusas, mal equipadas, peor entrenadas y sometidas a la constante presión de los temibles comisarios políticos, que no dudaban en disparar contra todo el que se diera la vuelta en primera línea, aún ante un enemigo que a ciencia cierta iba a machacarles, sin que hubiera la más mínima posibilidad de salvación en algunos de los ataques suicidas que les eran ordenados.

Así que, las balas alemanas por delante y las de sus propios camaradas por detrás, ofrecían, ante una muerte segura, la única disyuntiva de hacerlo a manos de unos u otros.
La escena de la travesía del Volga es dantesca y refleja muy bien ese descontrol y esa carnicería que debieron sufrir los rusos, bombardeados sin piedad, hundidas las barcazas, con los hombres muriendo como conejos, sin posibilidad de escapatoria en medio del inmenso cauce de agua, sin armamento y, encima, los que presa del pánico buscan la única vía de escape que es lanzarse al agua, son masacrados por los comisarios del ejército rojo, que al tiempo que suenan los disparos y caen heridos y muertos los soldados, les arengan sobre la obligación de dar la vida por la madre patria. Surrealista y penoso al tiempo.

El film, que dirige el francés Jean-Jacques Annaud, está basado en un hecho real, pero nada más que eso, a partir de la idea inicial, el guión desarrolla una historia con muchos elementos de ficción y además introduce una historia de amor entre el protagonista (Jude Law) y una combatiente del ejército rojo (Rachel Weisz).

Lo que más peso tiene y lo que centra toda la acción de la película es el duelo entre los dos francotiradores, el ruso, un pastor al que su abuelo enseñó a cazar furtivamente y el alemán, un oficial, un caballero prusiano. La propaganda soviética les convierte en paradigma del rico y el pobre y, de paso, para aumentar la moral de sus tropas, cuya situación penosa ya hemos descrito, crea un mito con un hijo del pueblo que mata oficiales enemigos para mayor gloria del socialismo.

El film es, al tiempo, una demoledora crítica contra el comunismo, la declaración final del comisario que exaltó a la categoría de héroe al francotirador Vasili Zaitsev, un tal Danilov (Joseph Fiennes), es paradigmática: Con lo que hemos luchado para implantar la igualdad de clases, porque nadie tuviera que envidiar nada a nadie. Pero siempre hay algo que envidiar, una sonrisa, un beso...
Unido a los disparos a mansalva sobre los que se daban la vuelta, presos del miedo ante los alemanes y a la imagen implacable y antipática que se da de Nikita Khrushchev. Lo dicho, la imagen de los comunistas queda bastante mal parada.

Un film que mantiene un buen ritmo general, aunque algo irregular, que va ganando, incluso, a medida que se desarrolla la acción. A pesar de algunas incorrecciones y de ciertos altibajos, es una película muy entretenida, con un duelo entre los dos francotiradores, en el que Ed Harris, hace una gran interpretación, lo mejor de toda la película. Si le unimos la magnífica banda sonora, nos encontramos un film bastante entretenido y que sin llegar a ser redondo, sólo por ver a Harris, ya merece la pena.







5 comentarios:

  1. Bueno como dices entretenida y poco más, ya que en muchos momentos no se ajusta a la realidad de lo que aconteció. Saludos.

    ResponderEliminar
  2. Me han dicho que está muy bien, pero no la he visto....lo cierto es que cada vez me dan más pereza cierto tipo de películas y si los protagonistas no me gustan- ni Fiennes ni Law- suelo pasar de verlas.

    ResponderEliminar
  3. Rafa, se basa en una historia real, lo cual no significa que deje de ser una peli, con un guión que desarrolla su propia historia.

    ResponderEliminar
  4. Maribel, aún te queda el "malo" de la peli, Ed Harris se merienda a todos, deberían haber hecho una película con su papel.

    ResponderEliminar
  5. Ése sí que me gusta, es un actorazo, pero no me gustará verle de "malo", lo mismo que tampoco Bruce Willis en "Chacal" y alguna más...siempre será John McClane.

    ResponderEliminar