lunes, 1 de mayo de 2023

EL DUODÉCIMO HOMBRE

 


Segunda Guerra Mundial. En junio de 1940 finalizó la invasión nazi de Noruega. Muchos noruegos huyeron al Reino Unido donde se unieron a los Aliados formando la Compañía Linge. En 1943 se encargó a doce comandos de la resistencia noruega una peligrosa misión consistente en destruir una torre de control del tráfico aéreo de la Luftwaffe en Noruega. Tras abordar un barco de pesca en las Islas Shetland al norte de Escocia cruzaron el Mar del Norte para llegar a su país. Traicionados por noruegos colaboracionistas, once miembros del grupo fueron capturados y asesinados. Solo el duodécimo hombre, Jan Baalsrud (Thomas Gullestad), logró escapar de los nazis.


Cuántas veces hemos dicho o escuchado eso de que la realidad supera la ficción. La historia que narra esta película es uno de esos casos, lo digo porque ya he leído por ahí algún comentario que tacha de exagerada la peripecia. 
Al principio de la película se nos advierte que los pasajes más increíbles son los que realmente sucedieron, una advertencia que señala varias cosas, por ejemplo, que una parte está dramatizada, de lo contrario se diría que todo responde a la realidad, y otra que lo más inverosímil, fue lo que realmente le pasó al protagonista de este relato: Se amputó él mismo los dedos de los pies para evitar el avance de la gangrena; sobrevivió varios días enterrado en la nieve... 
Esta historia había dado origen a un libro escrito por David Howarth, titulado «Nosotros morimos solos» y a una película de 1957, «Nine Lives» («Nueve vidas»), dirigida por Arne Skouen y nominada al Oscar a la mejor película de habla no inglesa. 
Jan Baalsrud, además de una persona valiente y tenaz, demostró posteriormente ser un tipo inteligente, no lo digo por esta aventura, sino porque en 1962, fijó su residencia en Tenerife, donde vivió hasta un par de años antes de su fallecimiento en que decidió volver a su país.


La película, que cuenta con una magnífica fotografía que sabe sacar partido de los impresionantes paisajes nevados en que se desarrolla la mayor parte de la misma es, claramente, una historia de supervivencia, contada con algún altibajo, es cierto, pero en la que la tensión por lo que va a pasar se mantiene, algo digno de encomio en un film que sabemos cómo acaba. Quizá, por sacarle algún pero, no se aprovecha todo el partido que pudiera haber dado de si la situación de las personas que le ayudaron en la huída, según el protagoniste, los verdaderos héroes de esta historia, ya que se jugaron literalmente la vida y, sin su consurso, hubiera sido imposible de todo punto que Baalsrud sobreviviera y más en las condiciones que estaba, herido, ciego por culpa de la nieve y desnutrido en medio de un paisaje hostil y perseguido por un grupo numeroso de alemanes. Los que colaboraron con él, le curaron, le devolvieron la visión, le alimentaron y, finalmente, consiguieron que lograra su objetivo de alcanzar tierras suecas, en un final realmente emocionante que, esta vez sí, aporta cosas de la propia cosecha del guión del film. 
Una película larga, intensa, entretenida y en la que los momentos de tensión se mezclan con los pasajes de aventura y la persecución a que se ve sometido el protagonista.




4 comentarios:

  1. Uno de esos noruegos que se unieron a la Resistencia fue el Victor Laszlo de "Casablanca".

    ResponderEliminar
  2. Hola Trecce!
    Te agradezco estas películas bélicas que nos descubres, es un titulo del que no tenia conocimiento. Es increíble lo que se puede llegar a realizar en una situación limite, a veces me pregunto si seria capaza de llevar a cabo algo así.
    Saludos!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Mejor que no nos veamos en tales situaciones, porque a veces, es la única manera de saber hasta qué punto llega nuestra capacidad de resistencia.

      Eliminar