lunes, 11 de octubre de 2021

PERROS DE PAJA

 


El joven, tímido y reservado matemático estadounidense, David Sumner (Dustin Hoffman), y su esposa inglesa, Amy (Susan George), se mudan al pueblo de Cornualles en el que ella pasaba algunos veranos con su padre, en busca de una vida tranquila que le ayude a acabar el libro que está escribiendo. Pero debajo del aparentemente pacífico aislamiento de la aldea y el entorno casi bucólico, se oculta un salvajismo y una violencia que amenazan con destruir a la pareja, culminando en una brutal agresión que lleva a Sumner a reaccionar con las mismas armas que sus ofensores, renunciando a sus principios pacifistas para defender a su esposa y a su hogar en una batalla a muerte.


El guión se basa en la novela “The siege of Trencher’s farm” ("El asedio de la granja Trencher") del escritor y periodista escocés Gordon M. Williams, publicada en 1969. Como curiosidad, este autor, escribió, bajo el seudónimo de P. B. Yuill, una serie de libros conocida como serie James Hazell por el nombre del protagonista, un detective privado que daría pie, más adelante, a una serie de televisión, y lo hizo en colaboración con el que fuera entrenador del F.C. Barcelona en los años 80, Terry Venables.


Los personajes son estereotipos un tanto caricaturizados, la pandilla de hooligans, un grupo de tipos inmaduros y peligrosos, verdaderos delincuentes (alguno de ellos ha estado en la cárcel) y cuya moral brilla por su ausencia; la esposa con rasgos infantiles en su comportamiento o la chica que desencadena la tragedia, descocada, algo exhibicionista y carente de sentido común. Todo ello nos conduce a donde quiere llevarnos Sam Peckinpah, una situación en que las provocaciones, la actitud desafiante y de menosprecio de los ya no tan jóvenes miembros del grupo, llevan al protagonista a una situación límite en la que se desata una orgía de sangre y violencia muy del estilo Peckinpah, con un ritmo y un montaje que constituyen una auténtica lección de cómo mantener el suspense y de cómo el realizador mueve la cámara como quiere sin que los planos arriesgados supongan ningún contratiempo para él. En este aspecto, el de cómo una persona aparentemente tranquila puede llegar a dejar salir todos los instintos primarios de la persona, la película nos lo pone fácil, es por evitar una injusticia, pero, como digo, todo influído por lo que antes ha ido ocurriendo, como si aquello fuera la gota que colma el vaso de la paciencia. 
Sin embargo hay otro aspecto cuya presencia es menos clara y requiere más análisis por parte del espectador y es esa especie de xenofobia que, en ocasiones, se da en comunidades alejadas hacia todo lo de fuera que se ve como un peligro en potencia, muchas veces porque la persona que llega de fuera es contemplada como alguien que se cree superior y viene a darnos lecciones a nuestra propia casa. 
Film crudo de una dureza que puede hacerse insoportable en el que salen a relucir los peores instintos del ser humano y las irreparables consecuencias que esto puede tener.




8 comentarios:

  1. Un film notable, sobre todo por el suspense y por el montaje de la secuencia final.

    Saludos.

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    1. En efecto, la larga escena final es una auténtica maravilla.

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  2. Obras maestras como ésta son las responsables de mi cinefilia empedernida.

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  3. Gran película, muy bien rodada por Peckinpah, fiel a su estilo. Desde el principio se masca la tragedia.

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  4. Hola Trecce!
    He vuelto a verla hace poco, muy acertada tu critica. Cierto, es dura y por momentos incomoda de ver. Curioso lo de Venables, no lo sabia.
    Saludos!

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