martes, 26 de octubre de 2021

CON LAS HORAS CONTADAS

 


Frank Bigelow (Edmond O'Brien) irrumpe en la jefatura de policía para denunciar que ha sido víctima de un asesinato. Al principio, el Comisario Jefe cree que se trata de un loco. Sin embargo, a medida que Bigelow va relatando los hechos, se da cuenta de que la historia es totalmente coherente y, si es cierta, un asesino anda suelto.


Nuestro protagonista, recorre el ancho y largo pasillo de la Central de Policía de San Francisco, en una escena que tiene algo de surrealista, pasando por delante de innumerables puertas cerradas hasta llegar al despacho de la Brigada Criminal, donde un grupo de policías de paisano, parecen no estar demasiado atareados.
Frank Bigelow ha ido a la gran ciudad a pasar una semana de diversión antes de casarse con su prometida, Paula Gibson (Pamela Britton), una unión con la que parece no estar demasiado entusiasmado. En el largo flashback, que ocupa casi toda la película y que comienza tras la denuncia de Bigelow a la policía, asistimos a un continúo ir y venir de éste en busca de respuestas, quiere saber quién y por qué le ha mezclado en su bebida una toxina luminosa para la que no hay antídoto y que le condena a una muerte segura en cuestión de horas, como mucho una semana.


Película de serie B, con un argumento original y atractivo, hasta que se enreda en su propia historia, con algunas escenas muy interesantes, que denotan cuidado y aprecio por hacer un producto digno a pesar del limitado presupuesto. La sesión de swing en el club nocturno y los travellings en los que vemos la frenética carrera del protagonista por las calles de San Francisco pobladas de transeúntes, son escenas de gran nivel que le dan a la película cierto empaque y demuestran que su realizador, Rudolph Maté, sabe manejarse con cierta soltura y buen gusto. No en vano, el norteamericano-polaco, tenía tras si un largo bagaje como director de fotografía, cuatro veces nominados al Oscar en este apartado, habiendo trabajado como camarógrafo con lo más granado de cine mundial: Alexander Korda, Carl Theodor Dreyer, René Clair o Fritz Lang, en su etapa europea y, tras viajar a Hollywood, con William Wyler, King Vidor, Henry Hathaway, Alfred Hitchcock, Ernst Lubitsch o Charles Vidor, entre otros.  
Hay un remake de este film hecho en 1988, con Dennis Quaid, Meg Ryan y Charlotte Rampling en el reparto, que en España se tituló Muerto al llegar, que responde a la traducción literal de las siglas del título original (D.O.A.).




4 comentarios:

  1. Gran peli: una de mis predilectas. Con un guion que explota el recurso de la "muerte anunciada" para, acto seguido, adentrarse en un largo flashback que nos revelará la historia del protagonista.

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    1. Sabe explotar muy bien los recursos con que cuenta y sobreponerse a la escasez de medios.

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  2. Que tal Trecce!
    Me encanta esta película. Hace tiempo que no la veo, me has dado una idea...
    Saludos!

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    1. A mi también me gusta, tiene algunas escenas que son una auténtica maravilla.

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