jueves, 26 de diciembre de 2019

EL BESO DE LA MUERTE

Nochebuena en Nueva York. Un momento feliz para algunos... los afortunados. Compras de última hora para los regalos de los niños, corriendo a casa para encender el árbol y llenar los calcetines... para los afortunados. Otros no tienen tanta suerte. Nick Bianco (Victor Mature) hacía un año que no trabajaba. Tenía antecedentes penales: Había estado en la cárcel. Dicen que eso no debería perjudicarle a uno, pero cuando Nick trataba de encontrar trabajo, siempre le pasaba lo mismo: "Lo sentimos mucho". Sin prejuicios, claro, pero también sin empleo. Y así es como Nick fue a comprar regalos de Navidad para sus hijos.
En compañía de otros cómplices, atraca una joyería situada en el piso 24 de un rascacielos neoyorkino resultando herido en una pierna cuando intentaba huír y siendo arrestado.
Tras ser condenado, el asistente del fiscal, Louis D'Angelo (Brian Donlevy), le ofrece conseguirle la libertad condicional, si le entrega los nombres de sus compinches. Bianco se debate entre la lealtad que debe a sus compañeros de fechorías y el deber que tiene para con su esposa y dos hijas... pero deberá tomar una decisión.
Al principio se niega a denunciar a sus compinches e ingresa en prisión en la seguridad de que su mujer y sus hijas serán atendidas. Pero va teniendo noticias de que sus "amigos", no cumplen con su obligación, por una lado su esposa, víctima de una depresión a causa de la falta de dinero y algo más que se deja entrever en el film (seguramente un acoso por parte de uno de los miembros de la banda), se ha suicidado y sus hijas han ido a parar a un orfanato, por lo que decide delatarlos y confiesa sus nombres, quedando en libertad condicional. Nick se vuelve a casar, consigue un trabajo y comienza a llevar una vida feliz cuando descubre que uno de los hombres sobre los que informó, el asesino psicópata Tommy Udo (Richard Widmark), ha sido puesto en libertad y busca venganza contra Nick y su familia.


El guión se basa en un manuscrito de cien páginas del escritor y jurista Eleazar Lipsky, asistente del fiscal para el distrito de Manhattan durante la década de 1940, en el que recoge algunos de los casos en que trabajó, basándose en la versión de los hechos derivada de la documentación policial y procesal.


El film, que cuenta en su reparto con algunos nombres muy conocidos (Victor Mature, Richard Widmark, Brian Donlevy, Coleen Gray o Karl Malden), supuso el salto al estrellato de Richard Widmark, hasta entonces actor de radio, con un papel, el del risueño y sádico asesino Tommy Udo, por el que fue nominado al Oscar como mejor secundario y obtuvo el Globo de Oro como Nueva esrella del año, en la película con la que debutaba en la gran pantalla.


Tras un exordio inicial en el que se pone en duda la eficacia del sistema penitenciario en lo que a sus fines de inclusión social de los reclusos que han cumplido su pena se refiere, el film entra rápidamente en acción sin otros preámbulos.


Inmediatamente se produce el atraco y, a continuación, una de las dos escenas más conseguidas del film, el descenso del ascensor desde el piso en que está la joyería hasta el vestíbulo del edificio, tensión máxima alternando los rostros angustiados de los atracadores y el panel donde se indica la planta por la que van transitando, en un recorrido que parece no acabar nunca.
La otra escena, es una de las más recordadas del género, despiadada y cruel, el inicio de cuyo desenlace puede verse el fotograma que cierra esta entrada.


Película de corte clásico, muy bien realizada de la mano de Henry Hathaway, uno de los grandes, utilizando muy bien los recursos que emplea, dosificando los silencios para aumentar la tensión en los momentos requeridos y con actuaciones solventes, para muchos la mejor interpretación en su carrera de Victor Mature y un Richard Widmark que entra por la puerta grande en el mundo del celuloide.
El final, que no era el deseado por el realizador, es un tanto complaciente con la audiencia y, como ocurre al inicio, la voz en off de la protagonista femenina, una espléndida Coleen Gray, que pone ternura y un erotismo contenido en su papel, nos transmite un breve mensaje moral que, quizá desluce un poco el tono general de esta película que, por otro lado, resulta digna de ver.




5 comentarios:

  1. Excelente thriller que ya quisieran muchos de los que no asaltan en la tele o en el cine. Creo que sí, que es la mejor película del irregular Mature. Muy recordada esa risa terrorífica del novato Widmark al que le costó alejarse del papel de psicópata. Saludos y felices fiestas!!

    ResponderEliminar
  2. No la he visto, pero que unos atracadores decidan utilizar un ascensor no parece muy lógico. Tendré que verla para ver el motivo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sin embargo, es mucho más realista que unos atracadores de segunda fila y sin medios, utilicen métodos pedestres que lo que nos pintan algunas películas, que no se lo creen ni ellos.

      Eliminar