martes, 8 de julio de 2014

GUERRA Y PAZ

León Tolstoi comenzó a escribir esta novela, cuando estaba covaleciente, con un brazo roto a consecuencia de una caída del caballo durante una partida de caza, una de sus grandes pasiones. Considerada, junto a Ana Karenina, la obra cumbre del autor, comenzó a publicarse por entregas en el Ruskii Viéstnik (El mensajero ruso) en el número de enero de 1865. Las dos primeras partes de la novela se publicaron en dicha revista en el transcurso de dos años y a finales de 1869 la obra entera quedó impresa como libro.
Concebida como una especie de retablo de Rusia durante las guerras napoleónicas, narra distintas historias de personajes que conviven en la sociedad burguesa de la Rusia Imperial de Alejandro I.
Escrita con gran elegancia y sublime paciencia, Tolstoi describe con precisión el sentir nacional de la sociedad aristocrática rusa bajo la amenaza francesa de Napoleon Bonaparte, en un mundo de banalidades y superficialidades que preocupan tanto como una posible invasión extranjera.
En la novela serán retratadas con minuciosidad las batallas de Austerlitz y Borodino. No es de extrañar que el autor necesitara cinco años para su redacción definitiva tras siete intentos que no acababan de convencerle. Había acumulado montones de datos y croquis; cualquier nimiedad está perfectamente documentada. Se sabe que para dar mayor credibilidad a la batalla de Borodino, Tolstoi, mapa en mano, inspeccionó durante varios días el campo de batalla y viajó para poder ver a uno de los supervivientes a fin de lograr algún dato relevante. Todo esto sin contar con la extensa documentación extraída de bibliotecas y archivos a lo largo de los años.
El libro alterna los acontecimientos bélicos con la descripción detallada de la sociedad aristocrática moscovita y petersburguesa; convencionalismos, pensamientos sobre los acontecimientos políticos, sobre los matrimonios arreglados, las cenas, los bailes, las jornadas de caza…
Si hay algo fundamental en esta novela es su marcado carácter antibelicista y su existencialismo. Las preguntas sobre el sentido de la vida se reflejan a través de los diálogos de sus personajes.
El volumen de la obra es algo que puede espantar al potencial lector, incluso de sus primeras páginas se puede extraer la errónea impresión de su falta de interés, sin embargo a medida que uno se familiariza con los personajes, todo marcha sobre ruedas y su lectura se torna fácil y enormemente absorvente.



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