jueves, 23 de enero de 2014

EL CONDE LUCANOR

Obra clásica de las letras castellanas, de carácter didáctico y moralizador, estructurada a base de ejemplos que Patronio, criado y consejero del Conde, expone cuando éste le plantea cuestiones de su vida y entorno.
Para los críticos está muy clara la influencia tanto de los dominicos, como de la narrativa oriental. La orden de predicadores, de la que D. Juan Manuel era ferviente discípulo, aboga por una predicación amena y asequible y en cuanto a la influencia de los relatos orientales, queda clara, tanto en la estructura de los diferentes capítulos (a base de ejemplos y de diálogos consejero-discípulo), pero además, en buen número de ellos, los personajes son príncipes o caballeros musulmanes.
En cuanto al público al que va dirigida, en el prólogo, dice D. Juan Manuel: "lo fizo por entención que se aprovechasen de lo que él diría, las genes que no fuesen muy letrados nin muy sabidores. E, por ende, fizo todos los sus libros en romançe e esto es señal çierto que los fizo para los legos de non muy gran saber como lo él es".
Esta contraposición entre legos y letrados, no se refiere a cultos e incultos, sino a la cultura romance (laica) y la erudición latina (eclesiástica), así pues el autor parece dirigir su obra a una élite de personas cultas en lengua vulgar, contrapuesta a los eruditos latinos. Sin embargo, sus enseñanzas adquieren valor universal, pues no sólo la nobleza, sino también el vulgo, pueden beneficiarse.
D. Juan Manuel hace una especie de apología de su propia clase social, al retratar la perfecta figura del noble de orgullo caballeresco y magnánimo.
En cuanto a las relaciones del hombre con Dios y el problema de la salvación del alma, tan presente en la literatura medieval, habla de la predestinación, de la providencia y del cumplimiento de los deberes marcados por la Iglesia.
Es muy curioso encontrar en la lectura una cantidad ingente de palabras de castellano antiguo, tanto en las primeras fases de su evolución hacia su forma actual, como antes, incluso, de que esa evolución se haya iniciado.
Don Juan Manuel, hace gala de un léxico rico y colorista; la fuerza de su relato, la consigue no con lo anecdótico, sino con la sutil psicología con la que ha sabido trazar y poner en acción al ser humano.
La obra puede enmarcarse perfectamente en una larga tradición donde se incluyen obras como El libro de los buenos ejemplos, Las flores de la filosofía, El Bonium o Bocados de Oro, El Calila e Dimna, etc. El Conde Lucanor no es un tratado árido, sino una obra de amenos ejemplos. Su capacidad narrativa cobra plena vigencia en los ejemplos que adquieren un valor artístico intrínseco, independiente de su contenido doctrinal.




2 comentarios:

  1. Una obra de la narrativa medieval sumamente interesante. Todo un clásico que utiliza sus cuentos como Esopo sus fábulas, con la intención clara de moralizar a las gentes de entonces

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    1. En efecto, muchos de los ejemplos están tomados de las fábulas clásicas.

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