lunes, 10 de junio de 2013

MURIERON CON LAS BOTAS PUESTAS

George Armstrong Custer (Errol Flynn), ingresa en la academia militar de West Point, porque considera que la carrera de las armas es el mejor camino para adquirir la gloria.
Participa en algunos combates en la guerra civil, donde demuestra su extravagante personalidad, por un lado no se atiene a las órdenes y por otro, gracias a su arrojo y valentía, la tropa le sigue ciegamente y se apunta éxitos que otro no hubiera logrado.
Acabada la contienda se casa con su prometida Elizabeth Bacon (Olivia de Havilland),pero su alejamiento del servicio activo le hace refugiarse en el alcohol de manera preocupante, hasta que las tensiones que se viven en la frontera india favorecen que sea llamado para ponerse al frente de un destacamento.



Para aceptar que una obra de arte trueque la realidad histórica, ha de ser algo que se salga de lo común y que alcance la categoría de eso, de obra de arte.
Raoul Walsh consigue un film donde, lo que menos echa de menos el aficionado al cine es si aquello que le están contando sucedió así o fue de otra manera, porque está asistiendo a algo que valora más por el espectáculo que por lo que le están contando.


Rodeado de un gran equipo de profesionales y con una pareja protagonista que ha pasado a la historia, Walsh nos relata una historia de amor muy bien contada y unos pasajes épicos que nos emocionan, pasando de una a otra sin que nos demos cuenta.
La película tiene mucho de comedia, de hecho, gran parte del comienzo es pura comedia, pero a lo largo del ella hay muchos otros episodios, lo que ocurre es que están muy bien dosificados e hilvanados con maestría en el conjunto de la historia.
Magnífica banda sonora mezcla de pasajes líricos con otros que podríamos llamar épicos, en los que cobra especial relevancia el tema de la mítica cación del 7º de Caballería: "Garry Owen"


La película es una idealización de la figura del general Custer, es cierto, puede que sea interesada, pero que sepa también el público que algunas cosas que parecen increíbles e inventadas, sucedieron en realidad, como por ejemplo que pasara directamente de capitán a general, aunque no fue debido a un error, como nos dice el film, sino por circunstancias de la guerra y eran nombramientos provisionales.
Pero tampoco es menos cierto que la película es de las que emocionan y que tiene escenas realmente notables. Quizá el recuerdo de la mayoría esté en las cargas y batallas, o en las escenas entre humorísticas y románticas de Flynn y Olivia de Havilland, pero yo de esta película, siempre recordaré la escena en que los caballeros del sur se retiran de West Point a las órdenes del entonces capitán Lee a los acordes de Dixie.




12 comentarios:

  1. Una de mis favoritas sin duda. Como me gusta revisionarla de vez en cuando.

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  2. A mí me gustó muchísimo... además, ahora la entiendo mejor, porque ya en clase hemos hablado de ella y establecido un enlace con el Plan Marshall que la dota de más sentido aún.

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    1. Los americanos necesitaban héroes en aquel momentos y en Hollywood alguien pensó que quién mejor que Custer.

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  3. Bueno creo que es uno de los clásicos. Yo la he visto unas cuantas de veces.

    Saludos Trecce.

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  4. Hoy nos recuerdas todo un clásico. ¡La volveré a ver!

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  5. ¡Jo!
    Es que ya no hay películas como estas...
    O a lo mejor es que ya no las vemos con los mismos ojos...
    ¡que buena!
    AlmaLeonor

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  6. Extraordinaria película con un Errol Flynn en su mejor momento,entusiasta,estelar y una Olivia de Havilland inolvidable rodeados de un elenco de secundarios magníficos.
    Un retrato hagiográfico benévolo con el personaje de George Armstrong Custer, un auténtico descerebrado y suicida que llevó a sus soldados a la muerte.
    Por cierto, el papel del jefe sioux Caballo Loco lo hace un jovencísmo Anthony Quinn en uno de sus primeros papaeles.

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  7. En efecto, Natalia, breve aparición de Quinn, en lo que es poco más que un cameo, pero era el principio de su extensa y brillante carrera.

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